Solo en la jornada del sábado hubo 65.000 que dieron lugar a 6.000 multas, que son de 135 € la primera vez, pero que en caso de reincidir tres o más veces en un mes pasan a 3.750€.
El Gobierno francés ha endurecido el tono con los que incumplen las restricciones impuestas por la pandemia, con un incremento de los controles y de las sanciones que se justifican para no tener que llegar a un tercer confinamiento.
Su portavoz, Gabriel Attal, explicó este lunes en la emisora France Info que se van a intensificar los controles, horas después de que el ministro de Interior, Gérald Darmanin, hubiera indicado que desde el sábado han aumentado un 30 % los que tratan de garantizar que se cumple el toque de queda nocturno, entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana.
Solo en la jornada del sábado hubo 65.000 que dieron lugar a 6.000 multas, que son de 135 euros la primera vez, pero que en caso de reincidir tres o más veces en un mes pasan a 3.750 euros. En una línea paralela, el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, avisó en otra entrevista a la emisora RTL de que los restaurantes que abran su servicio a clientes, si son descubiertos se verán privados de las ayudas compensatorias del Fondo de Solidaridad durante un mes. En caso de que la infracción se constate dos veces, se suspenderán definitivamente los pagos del Fondo de Solidaridad, añadió Le Maire, que aunque dijo entender que la situación es «extremadamente dura» para el sector, no está dispuesto a tolerar que los incumplimientos se extiendan.
Los restaurantes solo pueden trabajar para vender comidas para llevar. El resto del servicio está prohibido desde finales de octubre. Este cierre administrativo, que va a prolongarse al menos durante varias semanas, va acompañado de dispositivos masivos de ayudas públicas, como también ocurre con el resto de establecimientos que también han tenido que bajar la persiana, como bares, cafés, cines, teatros, salas de espectáculos o gimnasios.
Darmanin insistió este lunes en la emisora France Info en que «los franceses deben respetar el toque de queda», y añadió que eso va unido a «un deber de ejemplaridad». Lo ilustró explicando que si se confirman las sospechas de que un comisario de policía estuvo comiendo en un restaurante que había abierto de forma clandestina, se le suspenderá del puesto y se le retirarán sus responsabilidades. El titular de Interior afirmó que «cada cual debe ser responsable de sus actos» y en que esta campaña de controles no es para molestar a los franceses sino para evitar un nuevo confinamiento
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