Más cansadas, intranquilas y angustiadas se sienten las madres del Táchira a razón de la cuarentena por la pandemia a causa del nuevo coronavirus.
Manuela Reyes Gómez | La Prensa del Táchira.
El decreto de cuarentena radical impuesto por el gobierno nacional para disminuir y evitar el contagio y propagación del Covid-19 ha trastocado la vida de las madres, a quienes las tareas se les han vuelto más agotadoras al tener que atender a toda la familia en casa, sin descuidar su trabajo fuera del hogar.
María Orejuela comenta que «se ha sentido como más fuerte todo», refiriéndose a la situación ante el virus que se suma a las constantes fallas de los servicios públicos. «Por el transporte, porque no hay plata, no hay comida, el gobierno le ofrece a uno cosas ni el CLAP lo volvieron a dar, entonces sí ha tocado más duro».
La madre de una niña narra que se siente cansada y molesta, «se siente uno intranquilo porque no tiene paz de nada».
Un problema más otro
Como parte de las medidas de protección implementadas por el gobierno nacional, destaca el programa «Cada casa una escuela», el cual plantea que los niños vean sus clases desde el hogar, donde recibirían el apoyo de mamá, sin embargo, las fallas de acceso a internet y las idas de luz hacen imposible la tarea.
«No se pudo hacer nada porque ni internet hay. Hoy hemos estado todo el día sin luz. ¿Cómo hacen los niños? Yo no pude, a lo último nos trasnochamos casi toda la noche para presentar un trabajo, uno sólo, más no pude», confiesa Orejuela.
A esto se suma la falta de servicio eléctrico y de gas que hace más difícil el momento de cocinar. Leidy, quien prefirió resguardar su apellido, relata cómo debe levantarse muy temprano para hacer las tareas del hogar y cocinar el desayuno y el almuerzo a la vez para que esté listo antes de las 10 de la mañana, hora en la que le cortan la luz por un lapso de 6 a 8 horas diarias.
Residenciada en La Castra, Leidy también habla sobre su nuevo rol de docente: «antes le daba un poco esa carga a los docentes, ahora la tenemos nosotros y bueno, estamos muy bien con eso. Ahora sabemos realmente qué es lo que hace el docente. Ahora tenemos más responsabilidad.»
Agotadas por caminar
El decreto de cuarentena y la recomendación de quedarse en casa no eximen a las familias de salir a buscar el sustento diario. Ahora, con la prohibición al transporte público de salir a laborar, las madres deben hacer todas sus diligencias caminando, por lo que al llegar a casa lo hacen más cansadas.
Empero, las tareas domésticas no perdonan y a pesar del cansancio deben continuar trabajando y cumplir con sus responsabilidades en el hogar.
Denis Ortiz asegura que las tareas del hogar son las mismas «pero anda uno más cansado porque tiene que caminar. Los oficios se hacen más pensados. No alcanza el tiempo para nada. Hago aquí, corro allá. Todo es más difícil.»
Maridos también lo pasan mal
La cuarentena no ha sido dura solo para las damas, pues los caballeros también sufren por la incapacidad de trabajar como solían hacerlo para poder llevar el sustento a sus hogares.
Leidy cuenta cómo su esposo lo pasó muy mal al inicio de la cuarentena y al no poder salir a trabajar como era su costumbre. «Estaba enfermo de eso, de ver que no podía salir a trabajar, estaba encerrado en casa. Fue fuerte el cambio», señala.
Por su parte, Denis Ortiz confiesa que su esposo trabaja ahora con su hermano en un taller mecánico, pero durante la semana que pasó no recibieron ni un carro. «Sólo le dieron 50 mil pesos y eso no alcanza», afirmó.
Viviendo en paranoia
«Vive uno más angustiado, más estresado, más paranoico» agrega Leidy Escobar, quien tiene una bebé de un año, por lo que la compra de leche y pañales es constante en su hogar.
A esta carga se suma la necesidad de pagar renta en medio de una situación de inseguridad laboral. «Yo vivo con mi esposo y pagamos un alquiler, pero es más difícil porque debido a la cuarentena no hay trabajo o hay muy poco, entonces hay más zozobra, hay más angustia».
Las madres tachirenses coinciden en que la carga de estrés, responsabilidad y angustia ha crecido desde el 13 de marzo, cuando la cuarentena se sumó a una larga lista de problemas, elevando la tensión en el hogar y trayendo consigo la necesidad de buscar alternativas ante situaciones imposibles de cambiar.
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