En lo que parece ser una escalada en la pelea dialéctica entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Taiwán, fue ahora la presidenta del país enfrentado históricamente con China la que respondió a las acusaciones de “racismo” por parte de Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general del organismo sanitario, quien es cada vez más cuestionado por la gestión de la crisis de la pandemia del coronavirus.
Ghebreyesus acusó el miércoles pasado a Taipei de estar orquestando una campaña de difamación en su contra a la que calificó como racista, conceptos que ofendieron y generaron furia en la administración taiwanesa, históricamente acosada por Beijing y dejada de lado por organismos multilaterales como la propia OMS que no le permite ser miembro observador como consecuencia del lobby que ejerce el régimen comunista.
“Protesto firmemente las acusaciones de que Taiwán está instigando ataques racistas en la comunidad internacional. Taiwán siempre se ha opuesto a todas las formas de discriminación. Durante años, hemos sido excluidos de las organizaciones internacionales, y sabemos mejor que nadie lo que se siente ser discriminado y aislado», escribió Tsai Ing-wen, presidenta de aquel país, en su perfil de Facebook en réplica al político etíope.
En el extenso mensaje, Ing-wen fue contundente contra el accionar de aquel organismo y del propio Ghebreyesus, a quien le propuso realizar una gira por su nación. “Quiero aprovechar esta oportunidad para invitar al Director General Tedros a visitar Taiwán y experimentar por sí mismo cuán comprometidos están los taiwaneses a participar y contribuir al mundo, incluso ante la discriminación y el aislamiento», sentenció.
Además, el ministro de Relaciones Exteriores, Joseph Wu, le exigió al director general de la OMS que se disculpara públicamente con el pueblo taiwanés a quien, aseguró, ofendió con sus acusaciones. Además, Wu convocó a Tedros a dejar de lado su discriminación política; mantener su neutralidad y profesionalismo; invitar a Taiwán a participar plenamente en todas las reuniones y mecanismos de la OMS relacionados con la pandemia; y restablecer el estado de observador de su país en la Asamblea Mundial de la Salud (WHA).
En tanto, la líder legisladora Kolas Yotaka señaló que “a pesar de que Taiwán fue abandonado hace mucho tiempo por la OMS, el gobierno nunca atacaría a la OMS, ni está interesado en participar en la discriminación racial o en ataques personales de ningún tipo contra Tedros. Instamos a los miembros de la gerencia de la OMS que comparten los sentimientos de Tedros a dejar a un lado la política y renunciar al principio de ‘una China’ de Beijing, para facilitar los esfuerzos para salvar vidas en medio de la pandemia», agregó.
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El caso de Taiwán y su lucha contra COVID-19
Taiwán podría ser un partícipe importantísimo en la lucha contra la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la OMS no lo tiene en cuenta por presión de China. Taipei dispuso un participar y efectivo sistema de monitoreo constante de las personas que colocó en cuarentena por diversos motivos. Son más de 55 mil y su efectividad es asombrosa.
Pese a su cercanía con el foco infeccioso y los constantes viajes desde la isla al continente, Taiwán es uno de los países menos afectados de acuerdo a las cifras oficiales y los registros de la Johns Hopkins University: apenas 382 casos positivos y seis muertos.
El sistema se implementó a finales de enero, una semana después de que Taiwán registrara su primer caso del coronavirus importado de Wuhan, la ciudad china donde comenzó la pandemia. Las autoridades analizaron distintas opciones, como las pulseras de rastreo que se habían implementado en Hong Kong, pero se inclinaron por una forma de control menos invasiva.
Cuando a alguien se le impone la cuarentena en su casa, sus movimientos se controlan mediante las señales de sus celulares. Si la persona se aleja del radio normal, una alerta hace que le envíen mensajes para confirmar dónde se encuentra; si no los responde, recibe llamadas. Y si tampoco contesta, como Hsieh, la policía se presenta en su domicilio. Quien viole la cuarentena recibe una multa de un millón de nuevos dólares taiwaneses (USD 33.000).
“Desplegamos el sistema en seguida para prevenir que la epidemia sobrecargara gravemente al personal”, dijo a Quartz el vice primer ministro Chen Chi-mai, quien es médico y dirigió la creación de la valla digital. “Todos los días llegaba un montón de gente de China. Si íbamos a emplear los métodos tradicionales de cuarentena, nos resultaría imposible monitorear a todo el mundo”. A pesar de la situación diplomática, millones de taiwaneses todavía trabajan en China continental y viajan constantemente desde y hacia la isla.
El sistema también habla de la conexión cívico-tecnológica del país, que se destacó en la respuesta a la pandemia. A comienzos de febrero, por ejemplo, ya existía un mapa para controlar en tiempo real la disponibilidad de barbijos en las farmacias, y el gobierno participó para colaborar en la distribución. “A Taiwán le encanta la tecnología y tiene la suficiente cantidad de ingenieros para hacer algo así”, dijo T. H. Schee, consultor y emprendedor, en Taipei.
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