Tras 20 semanas consecutivas de caída en los contagios de coronavirus en todo el país, en la semana 21, es decir en los últimos 7 días, la curva dejó de descender y subió un 8,5%, según datos publicados por el Ministerio de Salud de la Nación. Este dato podría comenzar a preocupar a las autoridades sanitarias, ya que el incremento observado se puede potenciar con la suba de casos registrados de la variante Delta, la cual muestra un ascenso en el país en las últimas semanas.
Del informe oficial de contagios diarios, se desprende que desde el lunes 4 al domingo 10 de octubre hubo 6.121 casos positivos de COVID-19. Y desde el lunes 11 al domingo 17 de octubre sumaron 6.692, lo que evidenció un crecimiento de las infecciones del 8,5%.
“Se ve un freno de la caída del número de casos y un incipiente repunte de infecciones principalmente en el AMBA. Sin embargo, por los feriados, hubo mucho ruido los datos. Para tener un mejor diagnóstico de una verdadera tendencia en el alza de los casos, hay que esperar una o dos semanas más”, explicó a Infobae el bioquímico y analista de datos Rodrigo Quiroga.
Además de la preocupación de la suba de casos, Quiroga hace un llamado de atención sobre el crecimiento de la variante Delta en la Argentina: “Según el último informe de secuenciación de variantes del Proyecto País, en los últimos contagios, la variante Delta es predominante en un 37 %. Nosotros esperábamos que esta variante creciera en las siguientes semanas. Vemos que llegó más tarde a nuestros países vecinos, que ya superan el 80% de la variante Delta en los nuevos casos”.
“Creo que gracias a las restricciones en los vuelos, a los cuidados sanitarios personales, y principalmente al avance de la vacunación, hemos detenido el avance de la variante Delta hasta ahora. Pero ésta podría crecer más rápido si la vacunación no avanza a un ritmo bueno, con la población que falta vacunar, como los niños y adolescentes, y si no se completan las segundas dosis en los ya vacunados una vez”, agregó el experto.
“Nos costó caro llegar hasta acá, con bajos números de infectados. Por eso, demos cuidar los avances que logramos, como por ejemplo la liberación de actividades recreativas, deportivas, etc. Para ello, desde lo personal debemos seguir usando barbijo, más en ambiente cerrados y promover la ventilación de ambiente en forma permanente. Así, la ola de Delta podría ser chica o insignificante. Pero claramente, más allá de las medidas, su crecimiento va a depender de cuánto podamos vacuna a la nueva población objetivo: niños y adolescentes. Lo ideal sería llegar rápidamente a por lo menos el 50% de ellos vacunados”, finalizó.
El dato del descenso de casos y cambio de tendencia se observa cuando los vacunados con segunda dosis solo llegan al 54,6 por ciento de la población, todavía lejos del ideal 70% que afirman los infectólogos. En lo que va de octubre el promedio de segundas dosis aplicadas ronda las 150 mil, un 40 por ciento menos que las que se dieron durante septiembre.
El sábado pasado, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, reconoció que la campaña de vacunación contra el coronavirus “se ralentizó” y explicó que eso ocurrió porque la Argentina alcanzó “un nivel elevado” de inmunización. “La ralentización de la vacunación sucede en todos los países que llegan a un nivel elevado de vacunación. Se ralentiza porque no tenemos muchas personas que necesiten iniciar el esquema”, resaltó Vizzotti.
“En el momento de más demanda, por el inicio de esquemas, eran las que se aplicaban casi 400 mil dosis por día. En este momento no se están vacunando esos números porque no tenemos tantas personas para vacunar. Estamos hablando de que el 90% de los mayores de 18 años iniciaron el esquema, así que se ralentiza porque no tenemos muchas personas que necesitan iniciar el esquema de vacunación y las segundas dosis están condicionadas a las llegadas de las vacunas y a que se cumpla el período mínimo de intervalo entre cada dosis”, destacó Vizzotti.
Como ocurre en otros países, en Argentina se presenta un problema a la hora de vacunar a los adolescentes y adultos jóvenes: la resistencia, o al menos la indiferencia del segmento joven de la población a vacunarse, al menos con la segunda dosis. Ricardo Ruttimann, infectólogo de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (Funcei) y miembro de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn) explicó al diario La Capital que “hay un sector de la población adulta joven de 18 a 50 años que no está cumpliendo con darse la segunda dosis”. Una renuencia a vacunarse que se registra con mucha mayor fuerza en otras naciones, como Italia, Estados Unidos y Francia”.
“En mayores de 50 años, el 70% tiene dos dosis, pero en menores de esa edad, en algunas jurisdicciones apenas llegan al 50%. Es una población muy importante, por cómo se disemina el virus”, alertó el experto. Mientras más del 83% de los mayores de 50 años tiene el esquema completo, en los de 40 a 49 se baja al 77%. En los de 30 a 39, a entre 65% y 70%. Y empeora en los más jóvenes. De los de 25 a 29 años, solo el 57% se puso la segunda dosis. Y los de 18 a 24, el 50,9%, es decir, hay una mitad “pendiente”.
Con este panorama, la llegada de la variante Delta podrías ser un problema sanitario preocupante por su rápida expansión y porque es un 60% más contagiosa que otras variantes del coronavirus.
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