Una marcha convocada este sábado en Fráncfort (oeste de Alemania) contra las restricciones por la pandemia derivó en altercados con grupos de contra manifestantes, a los que la policía dispersó con cañones de agua a presión.
EFE
La manifestación de los contrarios a las limitaciones congregó, como viene siendo habitual, tanto a ciudadanos que consideran desproporcionadas esas medidas como a defensores de teorías de la conspiración y ultraderechistas.
Buena parte de los manifestantes -unos dos mil, según medios locales- no llevaban mascarilla ni observaban las normas de distanciamiento personal. Ello dificultó el discurrir de la marcha, entre advertencias de la policía y llamadas de los convocantes a cumplir las reglas por temor a que fuera disuelta.
Los incidentes con la policía se desencadenaron cuando grupos izquierdistas trataron de bloquear la manifestación y denunciar que esas marchas son en realidad plataformas de la ultraderecha.
Desde los servicios de espionaje de Interior se está estrechando la vigilancia sobre estos grupos, en los que se ha apreciado una radicalización y creciente presencia de ultraderechistas y agitadores, afirma el semanario «Der Spiegel».
Las marchas contra las restricciones se vienen sucediendo en Alemania desde hace meses, independientemente de la evolución de la pandemia. Las mayores han discurrido por Berlín y Stuttgart, donde han llegado a congregar a decenas de miles de participantes.
Hace una semana, en la ciudad de Leipzig (este), las protestas contra las restricciones derivaron en disturbios, ataques a la policía y acoso a los medios de comunicación presentes.
INDICIOS DE RALENTIZACIÓN
Las autoridades sanitarias alemanas notificaron este sábado 22.461 nuevos casos de Sar-CoV-2 en 24 horas, un descenso de algo más de un millar respecto al día anterior, en que se registró el máximo diario en toda la pandemia con 23.542 infecciones.
La incidencia acumulada por 100.000 habitantes y siete días ha superado toda la semana de 130 casos. Es decir, muy por encima de los 50 contagios por ese cómputo de población y margen de tiempo marcado como límite a partir del cual se entra en zona de riesgo.
Las cifras del inicio de la semana y las de hoy apuntan a una desaceleración. Sin embargo, tanto los expertos como el Gobierno piden cautela ante una evolución que no puede darse por consolidada.
Alemania se encuentra desde el inicio de noviembre en una nueva fase de parón de la vida pública, que implica el cierre durante previsiblemente todo el mes de noviembre de la gastronomía, el ocio nocturno, la vida cultural y el deporte en espacios cerrados.
El próximo lunes, la canciller Angela Merkel se reunirá de nuevo de forma virtual con los poderes regionales para analizar la evolución de la pandemia. Sin embargo, de la reunión no se espera una flexibilización de las restricciones actuales.
La propia Merkel ha advertido reiteradamente que se está ante lo que será «un duro invierno» y ha pedido comprensión y paciencia al ciudadano, al que se pide limite al máximo sus contactos personales y desplazamientos no esenciales.
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