Las restricciones de viaje y movimiento de covid-19 no están deteniendo el movimiento de personas que huyen de conflictos, abusos contra los derechos humanos, violencia y condiciones de vida peligrosas, mientras que las consecuencias económicas de la pandemia pueden conducir a un aumento de tráfico de migrantes y trata de personas, según el informe presentado el 14 de mayo por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd).
En su último informe de investigación, la Onudd destacó que las condiciones de vida de los migrantes y refugiados en el camino o campos de refugiados fueron motivo de gran preocupación durante décadas antes de la crisis de covid-19, pero «la difusión de la pandemia y sus consecuencias probablemente pondrá en peligro la vida de estas personas aún más».
A pesar del bloqueo en los países europeos y las estrictas restricciones de movilidad, el tráfico de migrantes a lo largo de las rutas de tráfico del Mediterráneo occidental y central continúa, sobre todo debido a los continuos conflictos en la región, destaca la Oficina de Naciones Unidas, aunque el flujo a lo largo de la ruta del Mediterráneo Oriental disminuyó, probablemente afectado por las medidas de contención a lo largo de la ruta.
«Sin embargo, el cierre de las fronteras terrestres, marítimas y aéreas puede dar lugar a un aumento del tráfico ilícito de migrantes. Las personas tienen una necesidad aún mayor de los servicios de contrabandistas para cruzar las fronteras. Los cierres y restricciones también a menudo resultan en el uso de rutas y condiciones más arriesgadas, y precios más altos para los servicios de contrabando, exponiendo a los migrantes y refugiados a un mayor abuso, explotación y trata de personas», advirtió la Onudd.
Además, estiman que la recesión económica mundial «que trae consigo un fuerte aumento en las tasas de desempleo» probablemente aumentará la trata transfronteriza de personas de países que experimentan caídas duraderas en el empleo, tendencia que se pudo observar durante la crisis financiera mundial en el período 2007-2010.
Esta Oficina de la ONU también mencionó que una recuperación asimétrica de la próxima crisis económica mundial «aumentará los riesgos para las personas con necesidades económicas, que buscan una vida mejor en el extranjero, de ser explotadas. Esto puede ser aún más dramático si la recesión económica se combina con una regulación de movilidad más estricta».
La Onudd señlaó que estos impactos negativos de la covid-19 pueden mitigarse mediante inversiones en recuperación económica tanto en países desarrollados como en desarrollo, y proporcionando vías para viajes migratorios seguros y regulares para refugiados y migrantes, y un estado migratorio regular en los países de destino.
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