Pekín mantiene su estado de alerta y continúa realizando pruebas de coronavirus a su población tras sumar cientos de positivos a raíz del nuevo brote detectado la semana pasada en el mercado mayorista de la capital que, según los expertos, está ya bajo control.
Jesús Centeno / EFE
Tal y como avanzó ayer el jefe de epidemiología del Centro chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, Wu Zunyou, la ciudad sólo registró 25 casos de COVID-19 en las últimas 24 horas: aunque son cuatro más que en la víspera, podría ser un indicio de que apenas se están detectando nuevas infecciones en la capital.
Desde que comenzó el brote, Pekín acumula 183 positivos, de los cuales dos están críticos y 11 en estado grave, afirmaron hoy las autoridades municipales.
Además, quedan aún 293 casos activos en China y 5.856 personas todavía están ahora en observación, las cuales deben pasar un periodo de aislamiento de 14 días, según las cifras oficiales.
Mientras, continúan las pruebas de coronavirus para empleados de restaurantes, universidades y mercados, así como las restricciones para salir de la ciudad.
No pueden abandonarla los residentes en zonas declaradas de riesgo, y se aconseja que nadie lo haga sin un motivo de peso.
Y quien quiera marcharse debe certificar primero un buen estado de salud y presentar una prueba negativa de coronavirus realizada en los siete días previos a la partida.
Desde que el Gobierno municipal anunciase el martes que la ciudad pasaba del tercer al segundo nivel de emergencia, las comunidades de vecinos han vuelto a comprobar la identidad y el estado de salud de los residentes y a tomarles la temperatura.
Además, todas las clases presenciales están suspendidas, y se aconseja a los residentes que trabajen desde casa, mientras que las comunidades en áreas de riesgo «alto» han quedado selladas y no se permite que nadie salga de ellas.
NUEVAS PAUTAS PARA EL VERANO
Entretanto, el Consejo de Estado (Ejecutivo) dio hoy a conocer una serie de pautas para prevenir la propagación del virus durante el verano, y aconsejó a los residentes del país que comprueben y limpien con regularidad los aparatos de aire acondicionado.
«Esto puede ser crítico. Si el coronavirus circula por el aire, hay riesgo de contagio, aunque sea bajo. Así que aconsejamos que se comprueben y se desinfecten los aparatos de aire acondicionado si fuera necesario», afirmó hoy un funcionario en rueda de prensa.
El Ejecutivo recalcó que la población debe acostumbrarse a ser «flexible» y acatar las medidas que se pongan en marcha en función del nivel de alarma.
Sobre el origen del brote de Pekín y sus riesgos -hasta ahora ha trascendido que se detectó en una tabla de cortar salmón-, el funcionario indicó que «no hay pruebas de que los contagiados se infectaran por comer alimentos contaminados, incluyendo marisco».
«El riesgo de que las infecciones fueran causadas por comer alimentos importados es muy baja, y no se recomienda restringir la cadena alimentaria. Tenemos que mantener una actitud científica», añadió.
«Aun así, es mejor no tocar pescado o carne cruda», acotó.
Las investigaciones preliminares de los científicos chinos apuntan a que la cepa del virus encontrada masivamente en el mercado de Xinfadi proviene de Europa, pero aún debaten cómo habría llegado hasta allí.
«El virus puede permanecer oculto a bajas temperaturas durante mucho tiempo, y de alguna manera llegó a la cadena logística. Este brote muestra que el virus puede adaptarse, que ha ido por delante», asegura el investigador Li Guoxiang, de la Academia China de Ciencias Sociales, al periódico Global Times.
Otro investigador, Liu Jun, incidió en que hay que realizar más muestras de paredes, superficies, refrigeradores o bolsas de empaquetado antes de llegar a una conclusión definitiva.
«Si el virus se encuentra en alimentos congelados envasados al vacío significaría que llegó al mercado desde fuera. En ese caso habría que investigar cómo lo hizo», dijo.
De cualquier modo, Global Times ya avanza que las importaciones de alimentos congelados se verán «gravemente afectadas» por el brote, y que «los consumidores chinos se alejarán de estos productos».
CHINA PUBLICA LA SECUENCIA DEL NUEVO BROTE
Por su parte, el Centro chino para el Control y Prevención de Enfermedades anunció hoy que ha enviado la secuencia del genoma responsable del brote detectado en Pekín a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Gao Fu, director del centro, dijo el pasado martes que el brote comenzó a propagarse probablemente en mayo por el contacto entre los trabajadores del centro.
Según la subdirectora Pang Xinghuo, un comprador y cocinero de un restaurante cercano visitó el mercado e infectó a seis compañeros de trabajo que nunca habían estado allí.
También ha trascendido que ocho empleados de otro restaurante dieron positivo por COVID-19, dos de los cuales compraban en el mercado con regularidad.
El mercado, que ahora está cerrado, abastece alrededor del 70 % de las verduras, 10 % de la carne de cerdo y 3 % de la carne de ternera y cordero que se consumen en la capital.
CINCO VACUNAS ENTRAN EN ENSAYOS CLÍNICOS
Por otra parte, el ministerio de Ciencia y Tecnología chino informó hoy de que China dispone ahora de cinco vacunas que ya han entrado en la fase de ensayos clínicos, paso previo para obtener la aprobación de uso público, recogió la prensa local.
Esta semana, la empresa Sinovac Biotech anunció que su vacuna contra el coronavirus, bautizada como CoronaVac, fue capaz de obtener una respuesta inmunitaria en su segunda fase de ensayos clínicos en seres humanos sin causar graves efectos secundarios.
Según recoge el periódico el Diario del Pueblo, más del 90 % de las personas que fueron inoculadas con la inyección del coronavirus en un intervalo de 14 días indujeron después de dos semanas una serie de anticuerpos neutralizantes.
El rotativo añade que la tercera fase de ensayos se llevará a cabo en Brasil, donde la cifra de fallecidos por la COVID-19 supera las 47.000.
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