Si bien las mutaciones son esperables en la evolución de los virus, el hecho de que las nuevas variantes del SARS-CoV-2 hayan resultado más contagiosas y agresivas volvió a poner en alerta a la comunidad científica mundial.
Ahora, un estudio coordinado por el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) concluyó que las infecciones causadas por las tres variantes del virus que más preocuparon a las autoridades en los últimos meses -la británica (B.1.1.7), la sudafricana (B.1.351) y la brasileña (P.1)- causan cuadros clínicos más graves que las otras que circulan por el continente.
El trabajo fue publicado en la revista especializada Eurosurveillance y comparó 19.995 casos de alguna de estas tres variantes (19.207 de la británica, 436 de la sudafricana y 352 de la brasileña) con 3.348 de otros tipos. La conclusión es que un paciente infectado con la variante británica tiene 1,7 veces más posibilidades (el 70% más) de ser hospitalizado y 2,3 (más del doble) de requerir una plaza en la unidad de terapia intensiva (UTI). Esta variante representa más del 80% de las nuevas infecciones registradas en España, según las estimaciones hechas por la red de vigilancia montada por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas.
La variante más peligrosa, según los nuevos datos, es la sudafricana, que multiplica por 3,6 las posibilidades de requerir una hospitalización y por 3,3 un ingreso en la UTI. La brasileña, por su parte, multiplica este riesgo por 2,6 y 2,2, respectivamente. Según las estimaciones más recientes del Ministerio de Sanidad español, publicadas el pasado lunes y basadas en seis comunidades autónomas, las variantes sudafricana y brasileña están detrás de alrededor del 0,3% y el 4,1% de los casos en España, respectivamente.
Los autores del estudio, sin embargo, no detectaron “un incremento del riesgo de muerte” por las nuevas variantes, aunque, en este caso, las muestras analizadas son mucho más pequeñas, lo que puede dificultar extraer conclusiones sólidas. De los más de 23.000 pacientes analizados, 155 fallecieron por la variante británica, 17 de la sudafricana y 12 por la brasileña.
Sanidad definió estas tres variantes como las de mayor impacto en la salud pública. El estudio analizó casos de siete países representativos de las distintas realidades del continente como Chipre, Estonia, Finlandia, Irlanda, Italia, Luxemburgo y Portugal entre octubre de 2020 y marzo de 2021. Esta es la razón por la que los resultados no llegaron a incluir datos de la variante que está teniendo una enorme incidencia en la India.
El informe es relevante porque aporta una respuesta clara y con una evidencia muy sólida a una de las preguntas que más se plantearon en los últimos meses y tiene que ver con el hecho de saber si las nuevas variantes, además de ser más contagiosas, provocaban también casos más graves.
“Los resultados subrayan el mayor riesgo asociado a las nuevas variantes y enfatiza la necesidad de alcanzar rápidamente altos porcentajes de cobertura vacunal entre la población, así como la necesidad de mantener el cumplimiento de las medidas de prevención para reducir la circulación e incidencia del SARS-CoV-2″, definieron desde el ECDC en un comunicado.
Jose Miguel Cisneros es jefe del servicio de enfermedades infecciosas en el Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla y dio gran importancia al hecho de que el estudio “corrobore en siete países europeos las conclusiones del trabajo publicado en Nature sobre la mayor gravedad de la variante británica que se había hecho en el Reino Unido”. “En cambio, considero que el número de casos estudiados sobre las variantes sudafricana y brasileña no es lo suficientemente grande para extraer conclusiones muy firmes. Es una aportación interesante, pero son necesarias más investigaciones para construir una evidencia sólida”, señaló.
Cisneros también destacó el “valor de estos estudios poblacionales que comparan miles y miles de casos”. “En el hospital atendemos casos en una escala mucho menor. Sí hemos detectado más casos y más graves en personas más jóvenes, lo que atribuíamos a la variante británica, pero son este tipo de estudios los que pueden calibrar el impacto real de las nuevas variantes”, concluyó.
Entre las conclusiones del estudio mostraron un mayor riesgo de hospitalizaciones e ingreso en UTI asociado con las variantes B.1.1.7, B.1.351 y P.1 del SARS-CoV-2, también en individuos de mediana edad, “lo que subraya la necesidad de adherirse a las medidas de salud pública para reducir la incidencia del SARS-CoV-2 y prevenir casos graves”. Las pruebas mejoradas y el rastreo de contactos implementados con un enfoque especial en casos con variantes preocupantes también son medidas para reducir la propagación.
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