El presidente de EE.UU., Donald Trump, se refirió este miércoles 18 de marzo, en cuatro ocasiones como «virus chino» al SARS-CoV-2, que causa la enfermedad COVID-19, y rechazó las críticas de que esa expresión sea racista y que no refleje adecuadamente la naturaleza global de la pandemia, en pleno auge de las tensiones entre Washington y Pekín.
EFE
Después de utilizar esa expresión en tres tuits matutinos, en los que no usó en ningún momento la palabra coronavirus, Trump compareció ante la prensa y dijo que quería anunciar nuevas medidas «en la guerra contra el virus chino».
Ante la pregunta de por qué insiste en referirse así al nuevo coronavirus, Trump se limitó a responder que «viene de China» y dijo que la expresión «no es racista en absoluto».
«Tengo un gran amor por toda la gente de nuestro país. China dijo en algún momento que (el coronavirus) lo causaron soldados estadounidenses y eso no vamos a permitirlo», afirmó Trump.
El mandatario se pronunció así horas después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) criticara el uso de esa expresión al subrayar que «este virus no tiene fronteras» y que «es importante ser cuidadosos con el lenguaje» y no relacionarlo «con una etnia» o nacionalidad en concreto.
«La pandemia de gripe de 2009 se originó en Norteamérica, y no por ello la llamamos ‘gripe norteamericana», señaló en una rueda de prensa el director ejecutivo de la OMS para Emergencias Sanitarias, Mike Ryan.
El Ministerio de Exteriores chino también se ha quejado, al destacar que Estados Unidos debería «ocuparse de sus propios asuntos» en lugar de estigmatizar a China.
El afán de Trump por subrayar esta semana la expresión parece tener que ver con el hecho de que un portavoz del Ministerio chino de Exteriores compartiera la semana pasada una teoría según la cual el Ejército estadounidense podría haber introducido en su país el coronavirus cuando visitó la zona de Wuhan en octubre.
Eso llevó al secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, a advertir el lunes a Pekín de que no «difunda desinformación y rumores locos», y las tensiones escalaron después con la expulsión de China de los corresponsales de nacionalidad estadounidense de los diarios The New York Times, The Wall Street Journal y The Washington Post.
Durante la rueda de prensa de este miércoles, Trump se definió como un «presidente de tiempos de guerra» y llamó a los estadounidenses a «sacrificarse juntos» por el bien común.
También reveló que su Gobierno está examinando la posibilidad de producir un test que las personas puedan aplicarse a sí mismas con un hisopo o palillo de algodón, aunque todavía no se sabe si será lo suficientemente eficaz como para ser viable.
Mientras, la doctora Deborah Birx, que coordina el grupo de trabajo de Trump contra el coronavirus, alertó de que la aceleración en la capacidad estadounidense para efectuar tests -que hasta ahora ha sido muy limitada- provocará probablemente que el número de diagnosticados «aumente drásticamente en los próximos 4 o 5 días».
Según los gubernamentales Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en Estados Unidos se han confirmado más de 7.038 casos de coronavirus hasta ahora y se han producido al menos 97 fallecimientos, aunque recuentos extraoficiales elevan la cifra de muertos a 116.
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