Túnez superó hoy la barrera de los 10.000 fallecidos por coronavirus en esta tercera ola mientras el Gobierno se debate entre endurecer las medidas preventivas para frenar la escalada y tratar de paliar sus consecuencias económicas.
EFE
El país magrebí registró este miércoles 2.300 nuevos casos y 70 víctimas mortales en un nuevo repunte que comenzó a finales de marzo y cuyo balance oficial asciende a un total de 292.000 contagios desde el comienzo de la pandemia. Según el ministerio de Sanidad, la tasa de positivos se sitúa actualmente en cerca del 30%.
Por su parte, el presidente de la Federación Tunecina de Artesanos y Pequeñas y Medianas Empresas, Ziyar Amri, reveló hoy que 465.000 empresas se encuentran al borde de la quiebra debido a la crisis sanitaria mientras que otras 78.000 se han visto obligadas a cerrar, lo que ha destruido un total de 165.000 puestos de trabajo.
Este domingo el Gobierno tunecino endureció de nuevo las restricciones de movimiento y ordenó el cierre de las escuelas hasta el próximo 30 de abril además de imponer la educación a distancia en institutos y universidades para reducir el desplazamiento de personas, restringido ya entre provincias.
En pleno mes sagrado de Ramadán, que comenzó el pasado 13 de abril, los tunecinos no pueden desplazarse en vehículos a motor a partir de las 19.00 horas local (18.00 GMT), aunque el toque de queda se mantendrá a las 22.00 horas, para tratar de evitar así las tradicionales visitas familiares.
Las nuevas medidas entraron en vigor tras un duro pulso político entre Ejecutivo y el presidente del país, que aseguró públicamente que entendía la necesidad de endurecer las normas pero instaba a tener en cuenta «el clima social». Al mismo tiempo, se producían llamamientos de los expertos a endurecer dichas medidas mientras que sectores como la hostelería reclamaban ampliar sus horarios.
El ministerio de Turismo anunció la apertura de las fronteras a partir del 19 de abril para aquellos viajeros que opten por los viajes organizados bajo un «estricto» protocolo sanitario que consiste en presentar una prueba PCR negativa realizada 72 horas antes de su llegada y permanecer en grupo durante los desplazamientos.
Sin embargo, días después, el presidente de la Comisión de Vacunación y director del Instituto Pasteur, Hechmi Louzir, evocó la posibilidad de cerrar de nuevo las fronteras con Libia y Francia tras la aparición de las variantes sudafricana y brasileña.
Desde que comenzara la campaña de vacunación el 13 de marzo, 265.000 ciudadanos de un total de 12 millones han recibido al menos una dosis de la vacuna.
Pese a las campañas de sensibilización, tan sólo 1,2 millones de personas se han inscrito en la plataforma digital «EVAX» para ser vacunados de manera voluntaria y gratuita, lo que dificulta el objetivo de las autoridades que pretenden inmunizar al 20% de su población antes del mes de junio.
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