Brasil, uno de los países más castigados por la pandemia de coronavirus en el mundo, vacunó este domingo contra el covid a la mayoria de los adultos de una ciudad de 150.000 habitantes como parte de un estudio inédito que puede dar referencias mundiales sobre la eficacia de la inmunización masiva.
EFE
El proyecto, apoyado por la Fundación Bill y Melinda Gates y que tuvo el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS), convirtió a Botucatu, una ciudad mediana en el interior del estado brasileño de Sao Paulo, en un laboratorio mundial para un «estudio de vida real» de la inmunización contra la covid.
Los responsables por el proyecto se impusieron la meta de vacunar este domingo a unas 80.000 personas de entre 18 y 60 años, que corresponden a poco más del 80 % de los 106.000 adultos de Botucatu, una ciudad ubicada a 237 kilómetros de Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña, y que cuenta con sede de importantes universidades.
Como los mayores de 60 años ya habían sido vacunados durante la campaña nacional de inmunización iniciada el 18 de enero pasado, la expectativa es que al menos el 90 % de todos los adultos de la ciudad estén inmunizados al final de este domingo.
La campaña forma parte de un estudio promovido por el Ministerio de Salud y la Universidad Estatal Paulista (Unesp) para estudiar la eficacia de la inmunización masiva con la vacuna desarrollada conjuntamente por el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford, que también se sumó al experimento.
Igualmente promueve el experimento la Fundación Oswaldo Cruz, vinculada al Ministerio de Salud, mayor centro de investigación médica de América Latina y que tiene la licencia para fabricar en Brasil 210 millones de dosis de la vacuna de Oxford.
En este estudio de fase cuatro, además de verificar la capacidad de la vacuna de Oxford para reducir los casos, las hospitalizaciones y las muertes por covid-19, se pretende analizar la eficacia de la vacunación masiva y la del inmunizante contra las nuevas variantes del coronavirus en circulación en Brasil.
El experimento tiene una duración de ocho meses e incluye la aplicación de las dos dosis de la vacuna -con intervalo de tres meses- y el seguimiento del estado de salud de todos los que fueron inmunizados, así como el de los habitantes de las ciudades vecinas, que serán usados como base para una comparación.
Los responsables por el estudio realizarán secuencias genéticas de las muestras de todos los residentes de Botucatu que contraigan el virus después de ser inmunizados para identificar las variantes que siguen provocando casos de covid e intentar identificar características genéticas o de comportamiento que puedan incidir en la prevalencia de las infecciones.
El estudio puede ayudar a definir estrategias a seguir después de la vacunación contra covid en Brasil, el segundo país en el mundo en número de muertes por la enfermedad, con cerca de 435.000 víctimas, y el tercero en número de contagios, con unos 15,6 millones de casos.
Brasil, con 84 millones de vacunas ya distribuidas en todo el país de los laboratorios AstraZeneca, Sinovac y Pfizer, ya aplicó la primera dosis de los inmunizantes a cerca del 19 % de su población y las dos dosis a casi el 10 %.
Según el epidemiólogo Cargos Magno Fortaleza, investigador de la Unesp y uno de los coordinadores del estudio, es la primera vez que una ciudad de más de 100.000 habitantes es sometida a un tipo de experimento de este tipo en el mundo.
El investigador afirmó que Botucatu fue escogida precisamente por su tamaño para que los resultados del estudio puedan dar una «real dimensión» de cómo una vacuna puede impactar en la reducción del número de casos, hospitalizaciones y muertes por covid, y debe servir de referencia para otros países.
«Todos los nuevos casos que sean notificados y confirmados por laboratorio serán acompañados y a todos los virus responsables por esas infecciones se les realizará la secuencia para poder identificar las variantes que siguen circulando y las más resistentes», agregó Fortaleza.
Los resultados de la inmunización masiva de la población adulta en Botucatu serán comparados tanto con los de ciudades vecinas en las que la vacunación es realizada gradualmente como con los de Brasil en general y con los de la población menor de edad en el propio municipio del estudio.
La campaña de este domingo fue abierta por el ministro brasileño de Salud, Marcelo Queiroga, y aprovechó tanto los puestos públicos de salud como los locales tradicionales de votación, ya que la autoridad electoral tiene el listado completo de adultos y la capacidad de convocarlos.
El experimento es similar a uno puesto en marcha hace algunas semanas en Serrana, otra ciudad del interior del estado de Sao Paulo aunque menor, pero con la diferencia de que en ese municipio se usó la vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac y la población adulta fue inmunizada en una campaña de casi un mes de duración.
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