Zinédine Zidane tiene más vidas que un gato y siempre cae de pie. El Madrid llegó a Estambul con todas las urgencias del mundo y ganó el partido, que era lo que necesitaba. El cómo daba un poco igual. Los tres puntos alivian su situación en la Champions. Ahora ya es segundo de grupo pero una derrota le hubiera dejado al borde del KO. La victoria aleja otra vez el fantasma de Mourinho, que lleva desde la pretemporada al acecho con toda la tremenda presión psicológica que eso supone.
Ganar en Turquía da a los blancos un balón de oxígeno importante. Ahora, con el aplazamiento del clásico del sábado, el Madrid dispone de una semana de tranquilidad antes de recibir al Leganés el próximo miércoles. Todo el mundo respira, salvo los que entienden que cuanto antes llegue Mourinho mejor, que también los hay en el club, reseñó La Vanguardia.
El Madrid no está para florituras y el partido del Ali Sami Yen lo dejó muy claro. Ahora mismo no es candidato ni aspirante a nada. Se limita a sobrevivir. Fue un Madrid aplicado, pero feote, espeso en la elaboración. Sus estrellas, salvo quizás Benzema, no brillan como cracks mundiales; parecen más bien peones que encajarían sin problemas en el fútbol industrial de Simeone. Al Madrid le cuesta un mundo cerrar los partidos. Remató 27 veces a puerta, catorce entre los tres palos, pero sólo marcó un gol. Siempre acaba sufriendo.
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A diferencia de lo que pasó en Palma el Madrid marco muy pronto. Robó Hazard un balón y tras una pared con Benzema lo puso en el área. Benzema lo dejó pasar en un movimiento inteligente y Kroos lo alojó en la escuadra de una manera un tanto afortunada porque el balón rozó en Seri y cogió una elevación imposible para Muslera.
Con el gol a favor el Madrid templó los nervios y transitó por la primera parte con cierta tranquilidad pero sin capacidad de matar el partido. Le falta gol arriba y sus transiciones son lentas, muy previsibles para cualquier equipo bien posicionado atrás.
La segunda parte tuvo mucho de la primera. El Madrid dominaba más pero seguía incapaz de finiquitar el encuentro. A los 65 minutos Hazard regateó a Muslera y con todo a favor envió un balonazo al travesaño. El Galatasaray seguía vivo. Para los últimos minutos entraron Vinicius y James por Valverde y Hazard. No pasó nada. El Madrid ganó pero hasta el final tuvo el susto en el cuerpo. El Madrid resopla y vuelve a estar vivo en su competición favorita. Tiempo para Zidane. Malas noticias para los que anhelan la vuelta de Mou.
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