En la mañana del lunes 20 de julio, Jesús Bernardinelli, presidente de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) fue detenido arbitrariamente por funcionarios de organismos de seguridad del régimen de Nicolás Maduro en San Felipe de Yaracuy, en el centro occidente de Venezuela, sin que ningún tribunal hubiese emitido orden de captura, en una trama que evidencia el intento de sectores vinculados al oficialismo de apoderarse de la Federación Venezolana de futbol.
Se le señala, sin ninguna evidencia, de haber forjado unos documentos que involucran al ex seleccionador nacional, Rafael Dudamel, hecho que Bernardinelli ha rechazado reiteradas veces y precisamente iba a Caracas el mismo día de la detención a presentar pruebas ante un tribunal de su inocencia.
Un grupo de cinco hombres vestidos como funcionarios policiales ingresó a la vivienda portando armas largas y sin identificarse, notificándole que tenía una orden de aprehensión sin que el documento fuese mostrado.
Bernardinelli, fue despojado de sus pertenencias por sus captores, quienes revisaron la vivienda sin presentar orden de allanamiento. Sustrajeron el dinero en efectivo que encontraron y llevaron al presidente de la FVF hasta su vehículo -asignado por la Federación-, en el cual lo trasladan a la capital venezolana, mientras su esposa, Adriana Martínez, fue llevada en el vehículo rústico por dos de los supuestos funcionarios.
Al llegar a Caracas, Bernardinelli fue confinado en la sede de la Dirección de Investigaciones Penales de la Policía Nacional Bolivariana (DIP) donde se le conminó a renunciar a su cargo para ser liberado y como no accedió a esa petición, fue progresivamente sometido a diferentes episodios de presión y ,como consecuencia de todo esto, sufrió una descompensación generalizada, al punto que colapsó y desde el 22 de julio se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos en el Hospital de Clínicas Caracas en situación crítica según los reportes médicos, con insuficiencia respiratoria, siendo intubado y a la espera de resultados de la prueba de COVID-19.
Bernardinelli, de 61 años, fue sometido hace apenas mes y medio a una cirugía de corazón para realizarle dos by pass.
La detención arbitraria forma parte de una serie de hechos que se han concatenado en los últimos meses para socavar ,soterradamente y con participación de altos funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro, la presidencia de Bernardinelli debido a los conflictos generados a partir de la salida de Rafael Dudamel como seleccionador nacional.
La ausencia de documentos y declaraciones oficiales sobre lo ocurrido con Bernardinelli es la causa por la que la Federación Venezolana de Fútbol, en nombre de su directorio, se pronunció en un comunicado el pasado miércoles 22 de julio, calificando que su dirigente fue “retenido por presuntas autoridades”.
Y adicionalmente las 24 asociaciones de fútbol que representan a cada estado del país, emitieron un documento de apoyo a Jesús Bernardinelli, además de rechazar la persecución de la cual ha sido objeto y la campaña de descrédito impulsada desde las redes sociales afines al régimen y exigieron al Secretario General de la FVF, Tomás Álvarez, solicitar apoyo a la FIFA para la cobertura de los gastos médicos.
Antecedentes
La retención del directivo de la FVF ha sido el último acto de la exposición mediática de la que ha sido objeto desde principios de julio, que ha socavado la reputación del dirigente y propició que su detención no consternara a la opinión pública, a pesar del alto perfil de su cargo.
Todo comenzó con la divulgación, a través periodistas venezolanos y suramericanos, de que la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) le negó el derecho al voto a Bernardinelli, durante una reunión el pasado 10 de julio, por no cumplir con los requisitos del test de idoneidad de la organización para ser directivo del ente.
Conmebol habría recibido la información de que Bernardinelli tenía un caso judicial iniciado en la década de 1990 por tomar control de una emisora de radio con documentos en los que se había falsificado una firma, y cuya condena de prisión se resolvió en 2007 pero nunca se ejecutó.
La noticia fue divulgada en algunos medios venezolanos junto con un documento del Ministerio Público venezolano que responde a una petición del Ministerio de Deporte donde se reflejan los antecedentes penales de Bernardinelli.
El dirigente había asumido el mando en la FVF oficialmente en marzo pasado, tras la renuncia de Laureano González, por lo que Conmebol le permitió ejercer su rol sin restricciones. El ente del fútbol sudamericano no hizo ninguna comunicación oficial donde dejara constancia de haber vetado al dirigente venezolano.
Bernardinelli culpó, según declaraciones a una radio venezolana, al “Chilavert venezolano” en referencia al ex seleccionador y guardameta de la selección de Venezuela, Rafael Dudamel, de haber propiciado la decisión de Conmebol.
Dudamel, quien oficialmente renunció a la dirección de la selección venezolana en enero pasado, había sido expuesto por Bernardinelli durante un consejo directivo presentando un documento en el que se hacía constar que había recurrido a la justicia ordinaria para denunciar a la FVF junto con otro directivo del mismo apellido que el jerarca de la federación (Reinaldo Bernardinelli), pero con el cual no tiene ninguna relación familiar.
Allí se sugirió que no se le renovara el contrato al entrenador, ante el riesgo al que sometió a la Federación por una posible suspensión por parte de la FIFA. De este episodio surge la presunta acusación penal de “forjamiento de documento” con la que es retenido.
Una semana después de este episodio, la Contraloría General de Venezuela comunicó públicamente que Bernardinelli era objeto de una investigación por presuntas “irregularidades administrativas” en el manejo de recursos estatales concedidos a la FVF mediante el patrocinio de la petrolera PDVSA y que se congelarían las cuentas bancarias de Bernardinelli, procedimiento que no se ha efectuado según fuentes federativas.
Antes de ser retenido, Berardinelli denunció que la FVF estaba siendo objeto de una “intervención gubernamental”, acción que va en contra los estatutos de la FIFA y que es castigada por el ente rector del fútbol con suspensión o desvinculación de la asociación miembro implicada.
En algunos medios venezolanos y extranjeros se ha mencionado que el Gobierno venezolano quiere hacerse con el control de la Federación Venezolana a través del Ministro del Deporte, Pedro Infante, quien también es segundo vicepresidente de la FVF. Y junto a Infante hay claras evidencias de que el Gobernador de Carabobo, Rafael Lacava, el Ministro del Poder Popular de Petróleos de Venezuela, Tareck El Aissami, entre otros, están detrás de estas acciones en contra de Bernardinelli.
Lacava, cuyo hijo de 20 años es jugador profesional de Academia Puerto Cabello, busca controlar los destinos de la Federación de Fútbol y asegurar la inclusión de su hijo en las próximas convocatorias de la selección sub 20, sin descartar la selección de mayores.
Han sido varios los intentos del chavismo para apoderarse de la Federación Venezolana de Fútbol. En tiempos de Rafael Esquivel ejercieron presión para que dimitiera a la presidencia, cargo que aspiraba Aristóbulo Isturiz para colocar a Eduardo Álvarez, así como posteriormente el ex alcalde de Maracaibo, Gian Carlo Dimartino se propuso asumir los destinos del balompie nacional.
Sin embargo, esta acción en contra de Bernardinelli parece ser la más agresiva, desmedida y radical, violentando el estado de derecho y utilizando métodos represivos, propios de un régimen autoritario .
Los estatutos de la FIFA prohíben que personas con cargos públicos formen parte de la junta directiva de las federaciones, por lo que fuentes federativas aseguran que el ente rector del fútbol mundial ya emitió una comunicación en la que solicitó su remoción inmediata a fin de evitar ser suspendidos o desafectados.
Tras el procedimiento realizado a Bernardinelli, trascendió de manera extraoficial que el ministro Infante, habría fracasado en su intento de realizar un consejo directivo donde pretendía declarar acéfala a la Federación, tras la ausencia de Bernardinelli.
Según datos extraoficiales, La FVF obtiene 2.75 millones de dólares anuales por parte de FIFA y maneja con sus clubes un aproximado de 12 millones de dólares en premios internacionales, por concepto de participación en la Copa Libertadores y Sudamericana, lo cual sería un motivo ante las sanciones impuestas por Estados Unidos que afectan a Venezuela y sus funcionarios públicos para el manejo de moneda extranjera en bancos internacionales.
Nota de Prensa
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