Cuando Carmen Almeida Sandoval intentó inscribir a su hijo de 11 años en una academia de béisbol en Caracas (Venezuela) no tuvo mucha suerte, porque con su edad el niño ya no calificaba para ingresar en una escuela de ese tipo.
Frustrada por la situación y tras encontrar que el caso se repetía con muchos otros niños, la venezolana se reunió con varios entrenadores y decidió crear su propia academia de béisbol.
Así fue como en 2001 nacieron los Gigantes del Sureste en las Minas de Baruta, en el estado Miranda. Desde entonces Suárez le ha brindado a muchos niños y adolescentes la oportunidad de poder entrenar su deporte favorito sin que los limite la edad o un determinado aspecto físico.
En Venezuela, el béisbol es el deporte favorito de gran parte de la población y por eso existen muchas academias dedicadas a ofrecer herramientas para formarse en esta disciplina. Sin embargo, en muchos casos los procesos de admisión y requisitos son muy estrictos, especialmente en aspectos como la edad.
La academia Los Gigantes del Sureste busca dar una oportunidad a todos los niños que deseen jugar. Actualmente hay unos 90 niños y adolescentes inscritos en las diversas categorías que van desde ‘semillita’ hasta ‘junior’. El punto de encuentro de todos es el polideportivo Policarpio Sánchez, de Las Minas de Baruta.
“Me encanta el béisbol porque soy la única hija hembra de cinco hermanos, y por supuesto en mi casa lo que se veía era puro béisbol. Este deporte es una excelente actividad para crearle a los muchachos hábitos, valores, disciplina, responsabilidad, compañerismo. El béisbol es una excelente herramienta”, dijo Almeida a la Voz de América.
“Trabajamos con las uñas”
Como fundadora de la academia, Carmen ha contribuido en su financiamiento cuando se le ha hecho posible, especialmente con niños de bajos recursos de la zona que no tienen dinero para pagar una mensualidad.
Sin embargo, recalca que en la actualidad la escuela es financiada casi en su totalidad por los representantes de los alumnos, quienes aportan una mensualidad y también colaboran con comida u organización de eventos benéficos.
“La ayuda la dan los representantes. Todo el aporte que se realiza para esto es a través de las mensualidades y las inscripciones para poder comprar los materiales. En una ocasión, en 2016, una iglesia nos dio un donativo e implementos deportivos y con eso nos ayudamos muchísimo pero ya están desgastados”, explicó Carmen Sandoval.
“Es la furia”: el béisbol en Venezuela sobrevive a la crisis y la pandemia
Para participar en campeonatos, la venezolana comenta que hacen actividades de recaudación de fondos como rifas y verbenas, en las que también participan los padres y representantes de los niños y adolescentes.
“Hacemos rifas, verbenas, en el año hacemos tres verbenas para poder cubrir las necesidades que se requieren en el torneo, que sale alrededor de 1.000 dólares por equipo. Eso es solo juego, sin contar pelotas y otros implementos. Allí es clave la parte de organización para lograr obtener esos recursos”, dijo.
Aunque durante la pandemia del COVID-19 la actividad de la escuela estuvo en pausa por falta de presupuesto y el tema sanitario, la fundadora cuenta que han logrado retornar a la normalidad paulatinamente.
Un punto en el que aún trabaja y espera poder avanzar pronto es en conseguir financiamiento del sector privado o público para que niños de bajos recursos puedan también ser parte de la academia de béisbol.
“Tengo muchos niños que no tienen recursos, entonces estoy rasguñando aquí y acá para ayudarlos. Tengo muchos niños en La Limonera (sector de Baruta) que quieren jugar pero no tienen cómo pagar, eso me tranca. Antes yo trabajaba y con mi dinero yo ponía, pero ahora no puedo (…) Nosotros trabajamos con las uñas”, afirmo Sandoval.
La fundadora de Los Gigantes del Sureste destaca la importancia de deportes como el béisbol para niños de bajos recursos, cuyas posibilidades pueden verse limitadas, es por ello que desea contribuir más con ellos.
“Yo tengo niños que han salido de la organización y son profesionales, personas bien preparadas, que sacamos de los barrios. Eso para mí es un logro”, afirmó.