La venezolana Yulimar Rojas, nueva plusmarquista de triple salto de los Juegos Panamericanos y autora este sábado de la mejor marca de su vida, 15,11 metros, no duerme tranquila.
“El récord del mundo me quita el sueño cada día”, confesó la campeona mundial tras recibir su medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima.
“Sé que podemos estirarnos hasta ahí. Es una de mis metas”, dijo la saltadora con relación al tope mundial de 15,50 metros que está en poder de la ucraniana Inessa Kravets desde 1995.
“Soy muy joven, tengo 23 añitos y voy pelo a pelo, gota a gota, y sé que vamos a llegar”, añadió.
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Rojas afirmó que la medalla panamericana era uno de sus objetivos de esta temporada, “una medalla supersacrificada”. Le gusta recordar que el año pasado no podía llegar a los 14,90 metros.
“Y ahora me estiro hasta los 15,11 metros. ¡Guau, me llena de felicidad, y sé que esto no queda aquí!”, aseguró.
La pupila del cubano Iván Pedroso, con el que se entrena en Guadalajara (España), lamentó los dos saltos nulos de este sábado, «que eran mejores», y admitió que el mal tiempo en Lima, en una noche fría y lluviosa, “no ayudó mucho”.
“Lo pude contrarrestar con mi calor, con mi fuerza, con el sandungueo, con el toque que me caracteriza. Sobrepasar los 15 metros con este clima ya dice mucho. Ya estoy manejando las competiciones a mi antojo”, añadió.
La Liga del Diamante y los mundiales de Doha son sus siguientes objetivos y sabe que está «para grandes cosas».
“Lo tenemos ahí y voy a ir a por ello”, indicó sobre una mejor marca.
La baja de Ibargüen. Rojas lamentó la ausencia por lesión de la colombiana Caterine Ibargüen, campeona olímpica, con quien se ha enfrentado esta temporada en dos ocasiones, pero con reparto de victorias.
“Es pieza clave para las competencias. Espero que se recupere”, dijo.
“Caterine es como la fiera colombiana, y yo la juventud de Venezuela. No tenerla aquí fue una mala noticia. La extrañé en la pista porque ella saca lo mejor de mí”, indicó.
Rojas contó que su entrenador Pedroso estaba hoy «muy nervioso», pero que la convenció de que «era un buen día para superar los 15 metros», como sucedió.
La campeona panamericana recordó que en los Juegos de 2015 perdió el bronce por un centímetro.
«Pero soy una mujer luchadora, que no se rinde, que resurge como el ave fénix. Cuatro años después es otro el gallo que canta», advirtió.