En Venezuela el crimen organizado ha tomado un giro inesperado. Las bandas delictivas vieron en los negocios de compra-venta de vehículos una oportunidad para grandes estafas. Las redes sociales se han vuelto la mejor carnada para pescar las víctimas, ya que Facebook, Instagram, Twitter y WhatsApp son usadas para publicar y ofertar vehículos y viviendas, con precios tentadores, aunque todos en dólares.
Un caso emblemático, que disparó las alarmas, fue el del hijo de un edil del estado Miranda. Michelle José Fernández Morales, de 26 años, fue asesinado en septiembre de varios disparos por un grupo criminal que lo interceptó en una zona montañosa después de cerrar la venta de su vehículo. Según las autoridades, una mujer, que posteriormente fue abatida por la policía, fue el señuelo para robarle a Fernández los dólares en efectivo que recibió por la compra del coche.
“Si va a hacer compras, por una importante cantidad de dinero, o algún producto, lo mejor es citarse en un lugar que usted conozca, preferiblemente cerca de un organismo policial, porque eso alejará a los asaltantes”, es la recomendación de los jefes de cuerpos policiales. Del mismo modo, piden a las personas desconfiar de los precios demasiado atractivos y evitar los lugares solitarios.
Modus operandi
Este modus operandi se ha repetido al menos una decena de veces en otros estados de Venezuela. Entre los casos se encuentra un policía que fue asesinado a principios de este mes en una emboscada en el estado de Aragua (centro). En esa misma entidad, un matrimonio que formaba parte de la Fuerza Armada Nacional fue asesinado después de comprar un vehículo que le había sido vendido a un precio muy por debajo del que se encuentra en el mercado.
Las páginas de compra y venta se popularizaron en los últimos meses en el país cuando la crisis económica se agudizó y empujó al exilio a más de cuatro millones de venezolanos, que comenzaron de forma desesperada a buscar las divisas para poder emigrar. Los coches de gama baja se encuentran en las redes sociales entre 3.000 y 5.000 dólares, mientras que los de alta gama, rondan los 10.000.
El comprador generalmente pide rebajas, y cuando llegan a un acuerdo las partes se citan en un lugar público para iniciar la negociación. En muchos casos, los vendedores piden que el pago se realice en efectivo.
La crisis en Venezuela ha devaluado de forma precipitada al bolívar -moneda nacional-, y la dolarización se ha impuesto como un mecanismo de defensa para la población. Y eso ha llevado a que el dólar se haya situado como valor referencial para la fijación de precios tanto de productos como de servicios.
Epidemia de violencia
Las últimas cifras de violencia y crímenes sitúan a Venezuela como el país más inseguro y peligroso de América Latina y del mundo. Entre 1999, año en el que llegó Hugo Chávez al poder, hasta 2018 se han registrado 333.029 muertos por violencia. Solo el año pasado, se registraron extraoficialmente 23.047, una disminución notoria que corresponde, entre otras cosas, a la diáspora.
La nación que gobierna Nicolás Maduro se ubicaba en julio como el segundo país del mundo con altas tasas de homicidios. Venezuela solo es superada por El Salvador. La tasa de muertes violentas se fijaba para entonces en 40 homicidios por cada 100.000 habitantes, cifra que contradice el balance del ministro de Interior, Néstor Reverol, ofrecido ese mismo mes, en el que se contabilizaban apenas 24 fallecidos por cada 100.000 habitantes. La semana pasada, Reverol informó al país que el índice de criminalidad tuvo una reducción de 35,9% este año.
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