Hacía mucho que no se veía una fiesta así en Caracas. En el hotel Humboldt, un icónico edificio en lo alto del cerro Ávila, la montaña que preside la estampa de la capital venezolana, un grupo de afortunados se divertía el pasado 14 de diciembre a ritmo de licor y reguetón.
Como si del último estreno de la saga “Star Wars” se tratara, desde allí arriba unos enormes focos iluminaban con haces de color verde una ciudad donde los apagones son frecuentes.
Las imágenes suscitaron comentarios de ciudadanos sorprendidos en las redes sociales.
La juerga del Humboldt es el último ejemplo de un fenómeno reciente, el aparente regreso de la actividad y el consumo a la capital de Venezuela.
Vuelve a haber autos atascados en las vías de la ciudad, comensales en sus restaurantes y prácticamente cada día aparece un nuevo bodegón, como se conoce a las tiendas de artículos importados que venden en dólares chocolates, licores y chucherías diversas para la minoría que puede pagarlos.
La generalización de la divisa estadounidense coincide con una inesperada sensación de bonanza que ha llevado a las autoridades a colocar unas ostentosas luces navideñas sobre el curso del Guaire, el río de aguas residuales que recorre la capital.
Después de años sumida en un derrumbe económico y de que más de 4 millones de sus habitantes optaran por marcharse, algunos en Venezuela empiezan a hacerse la pregunta: ¿está el dólar ayudando a salir de la crisis?
¿Recuperación real?
Por primera vez en mucho tiempo, en las últimas semanas algunos indicadores se han mostrado favorables.
La producción petrolera acumula tres meses al alza después de años de desplome. Francisco Monaldi, experto en política energética del Baker Institute, lo atribuye a “una relajación en la aplicación de las sanciones de Estados Unidos contra PDVSA”, la petrolera estatal.
También se ha detectado una moderación de la hiperinflación.
Asdrúbal Olíveros, experto de la consultora Ecoanalítica, cree que “es probable que en 2020 Venezuela abandone la hiperinflación, aunque seguirá siendo la economía con la inflación más alta del mundo”.
La Asamblea Nacional calculó una inflación del 13.475% el pasado noviembre, por debajo del 130.000% que admitió el Banco Central de Venezuela para 2018 y muy lejos del 1.000.000% que llegó a estimar el Fondo Monetario Internacional (FMI).