Hasta la última gota de fertilizante estiran los agricultores nacionales ante el alto costo de los mismos. Y es que desde que se permitieron las transas de productos, bienes y servicios en divisa, estos se dispararon.
Fabiola Barrera | La Prensa Táchira
Para el agricultor Alfonso Rosales ha sido muy difícil aplicar fertilizantes y abonos a sus sembradíos, pues los mismos se comercializan en dólares y él recibe por sus cosechas los pagos en bolívares. «Uno arranca el cebollín y se lo pagan a uno en 20 días y en esos días el dólar se dispara y uno sale es perdiendo. Por eso tratamos de sacar las siembras con el mínimo fertilizante».
Explica Rosales que si bien procuran ahorrar los químicos, no dejan de aplicarles a los sembradíos lo necesario para que las cosechas salgan de la mejor calidad. «La papa, el ajo llevan mucho gasto en veneno y abono…Se gastaron unos mil dólares y si acaso la cosecha de papa dará unos 1500. Si acaso 200 dólares de ganancia y es para cuatro personas esa ganancia».
Destaca Rosales que en Venezuela los agroquímicos son escasos. Recuerda la época de Agroisleña, cuando había insumos, semillas y hasta financiamiento para el productor pequeño, mediano y grande. «Uno iba y buscaba los insumos y cuando uno ya vendía las cosechas uno pagaba, eso no se ve ahora. Eso se perdió y lo que venden es carísimo».
En materia de venenos, indica que no tiene reserva, pues la existente la usó para la siembra de papa, pero siempre hay comercializadores que llevan insumos provenientes de Colombia a mayor precio que los comercializados en otras tiendas.
Agradece la presencia de agroinsumos colombianos, pues en la zona donde se encuentra, en Bailadores, no hay insumos y es precisamente por la llegada de químicos extranjeros, que el campo andino volvió a tener auge, pues de lo contrario, estarían «pelados».
Detalla que una cosecha de papa, por ejemplo tiene los siguientes costos: el saco de semilla vale 30 dólares y se usaron once, por fumigación se gastan unos 450 dólares, más el abono químico 90 dólares, entre otros gastos, estimó que unos mil dólares. «La siembra es una lotería. Es una suerte».
Cosechar
Por su parte, Carlos Terán, agricultor del estado Portuguesa, explica que la situación en la zona es muy diferente a la que se vive en los andes, pues ellos en estos momentos están esperando la cosecha de granos, para iniciar el ciclo de siembra. «No estamos comprando por ahora insumos porque vamos a cosechar para vender nuestros productos».
Asegura que hay productos que son importados, pero el Estado es el encargado de venderlo a través de Agropatria o terceros, pero a costos muy elevados, «Un saco de uria costaba doce dólares y ahora sale en 16 dólares y el triple 15 (fertilizante) cuesta hasta 35 dólares. Son insumos necesarios para la madurez de la planta».
Ajustar precios
Édgar Torrealba, comerciante de agroinsumos y productos veterinarios, explicaba que desde que el Estado permitió la comercialización de productos en moneda extranjera, es que el sector de venta de productos agrícolas levantó cabeza, pues pueden ver una real ganancia al comercializar sus productos en moneda extranjera.
Explica que si bien reciben bolívares, el fijar el precio a una moneda fuerte como el peso o dólar, les beneficia, ya que el precio que se ajusta casi a diario es el del bolívar.
Indica que si bien hay productos agrícolas que vende el gobierno, estos son muy costosos y hay quienes los traen de Colombia. Aclara que, aunque son buenos los productos colombianos, la calidad, comparándola con los nacionales, no tiene nivel, por lo que prefiere vender mercancía nacional. «Es muy poco lo que se trae de Colombia», Indicó.
No hay producto nacional
En otro orden de ideas, Gerson Pabón, presidente de Fedeagro capítulo Táchira, explicó que tanto fungicidas, fertilizantes no hay en el mercado nacional. «Fertilizantes lo producía Pequiven pero ahora no tienen fertilizantes ni uria porque no hay capacidad operativa».
Destacó que en la extinta Agroisleña había todo tipo de insumos y no solo de una marca, sino una amplia gama de productos de diferentes marcas y precios. Tras la expropiación de ésta y la creación de Agropatria, los agroinsumos nacionales dejaron de existir. «Los pocos agroinsumos son genéricos, que no dan la talla y que son costosos y no dan el resultado».
Señaló Pabón que todos los productos que usa el agro andino provienen de Colombia y de muy buena calidad. Agrega que desde 2015 no se importan productos agroquímicos, pues el gobierno mantiene el monopolio de estos a través de Agropatria o Agrosur.
En materia de costos, Pabón indica que si bien son asequibles los agroquímicos en Colombia, el costo incrementa por el pago que se le debe hacer a quien los trae del vecino país, dado el cierre de frontera producto de la pandemia del Coronavirus. «Si la frontera estuviera abierta sería mucho más fácil para nosotros traer los insumos a Venezuela».
Añade que la cercanía con el vecino país de Colombia, de cierta forma es un beneficio para el agro andino, pues pese a todos los obstáculos que deben sortear, tienen posibilidades de acceder a estos productos.
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