Cuatro días tardó Juan Márquez, docente de secundaria, para comprar 40 litros de gasolina en la estación de servicio La Estrella, en la zona noreste de Maracaibo, donde el combustible se paga a 0.50 dólares el litro. A diario durmió dentro de su carro, se turnó con un amigo para ir a su casa a bañarse y buscar agua y comida.
Como Márquez, cientos de zulianos se forman con sus vehículos en las colas de las pocas estaciones de servicio abiertas y que alcanzan una longitud de al menos cinco kilómetros, más de la mitad de lo que mide el Puente Rafael Urdaneta, que cruza el Lago de Maracaibo.
Márquez se formó en la cola el martes 13 de abril, y el sábado 17 pudo surtir de combustible su vehículo, que usa para trabajar y poder llevar dinero a su casa debido a los bajos salarios que percibe en el sistema de educación pública. “Cada vez es peor la situación y más difícil tener gasolina, y menos posibilidades de llevar comida a la casa”, destacó.
La gasolina que llega a las estaciones de servicio de Maracaibo la traen desde la Refinería de Cardón, estado Falcón, en camiones cisternas. El despacho es interdiario en las gasolineras, según el reporte de los trabajadores de las bombas.
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