El Ministerio de Finanzas ruso está desarrollando el borrador de una serie de medidas que proponen limitar los préstamos estatales que no impliquen una conveniencia económica, y permitirlos solo como una excepción, un proyecto que, de aprobarse, afectaría a Venezuela, entre otros países socios de Rusia como Bielorrusia, Armenia y Cuba,
El correspondiente proyecto de decreto gubernamental, publicado por el Departamento de Deuda Pública y Activos Financieros del Estado del Ministerio de Hacienda el pasado 19 de agosto, menciona que uno de los propósitos de otorgar préstamos estatales es «la formación de una imagen positiva de la Federación de Rusia como acreedor y donante internacional responsable». Y como uno de sus principios se considera la viabilidad económica y comercial.
La adopción de estas medidas no debe implicar una revisión automática del procedimiento para los acuerdos intergubernamentales sobre la concesión de préstamos estatales, señala el proyecto.
Se reduce el círculo de prestatarios
Si se aprobara finalmente la propuesta del Ministerio de Finanzas, varios deudores tradicionales de Rusia no podrán continuar recibiendo créditos como regla general.
A partir de ese momento, no podrán considerarse como prestatarios, entre otros:
Los estados involucrados en conflictos militares y crisis sociales, los países con sanciones de la ONU respaldadas por Rusia,
los estados clasificados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el sexto o más bajo nivel de riesgo crediticio, países con una calificación crediticia a largo plazo por debajo de B- (Standard & Poor’s, Fitch) o B3 (Moody’s Investors Service).
De esta manera, países como Siria, Yemen, Libia o Afganistán quedarían excluidos por encontrarse en una situación de guerra civil. En un estado de disputa militar territorial está Ucrania. También Armenia y Azerbaiyán se verían afectados por el conflicto congelado en Nagorno-Karabaj.
La OCDE clasifica a países como Angola, Bielorrusia, Irán, Moldavia, Turkmenistán, Cuba y Venezuela, en las categorías 6 y 7 de riesgo país. A estos dos últimos se le asignaron calificaciones crediticias inferiores a B- / B3 por parte de las agencias internacionales de calificación.
Así, de manera general, Venezuela y Cuba no calificarían para recibir préstamos de la Federación de Rusia. Pero el proyecto de resolución deja abierta una oportunidad en la forma de concesión de un crédito estatal de forma individual «teniendo en cuenta el carácter estratégico de las relaciones de la Federación de Rusia con el Estado-prestatario», para lo que la Cancillería deberá formular sus propuestas.
De todos modos, no se espera una reducción en los préstamos estatales rusos en los próximos años, ya que el programa para otorgar estos créditos para el año en curso y el período ya planificado se forma sobre la base de acuerdos intergubernamentales formalizados previamente, que no se contempla revisar.
Según datos del Tesoro Federal, en 2020 Rusia puede otorgar créditos estatales a otros países por un monto récord de 295.700 millones de rublos (alrededor de $ 4.000 millones al tipo de cambio actual). Por otro lado, el Banco de Rusia ha publicado que las reclamaciones de deuda del Gobierno ruso a no residentes en moneda extranjera ascienden a 43.500 millones de dólares.
– Los préstamos más problemáticos –
A finales de 2013, Rusia actuó como comprador exclusivo de los eurobonos soberanos de Ucrania por 3.000 millones de dólares. Los valores se compraron a una tasa preferencial del 5%. Los eurobonos se compraron como parte de un acuerdo de asistencia financiera a la república cuando Víctor Yanukóvich era su presidente, junto con los pagos por el gas ruso. Las nuevas autoridades ucranianas se negaron a pagar esta deuda y Rusia recurrió a la corte inglesa, donde el proceso aún está en curso.
Rusia otorgó a Venezuela en 2011 un crédito estatal de hasta 4.000 millones de dólares para financiar la compra de armas. Venezuela ha reestructurado su deuda tres veces desde entonces. Inicialmente, se suponía que debía liquidar toda la deuda del préstamo para septiembre de 2018, pero la fecha límite para los pagos finales se trasladó a 2027.
Según algunas fuentes, en 2019 Cuba debía a Rusia alrededor de 3.000 millones de dólares, pero no hay datos exactos. Este monto estimado de la deuda se calcula de la siguiente manera: el saldo de lo que se liquidó en 2014, cuando Moscú condonó el 90% de la hasta entonces deuda cubana, dejando 3.520 millones de dólares. Hasta el año pasado se mantenía la mitad de la deuda: 1.760 millones de dólares. Desde 2015, Moscú ha proporcionado a La Habana al menos dos líneas de crédito más por un monto de 1.440 millones de dólares para financiar proyectos.
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