En alza la tasa oficial. El bolívar continúa perdiendo valor frente a las monedas extranjeras. Su devaluación se acentuó en el último mes, tanto en el mercado oficial como en el paralelo, y condujo a que el precio de un dólar ronde ya los Bs. 300.000.
Ronny Rodríguez Rosas | Efecto Cocuyo
Al cierre de este jueves, 13 de agosto, la tasa paralela le sacó una ligera ventaja a la oficial: Bs. 300.627, según la cuenta @EnParaleloVzla, frente a la cotización de Bs. 287.367 del resultado de las operaciones en las “mesas de cambio” e informadas por el Banco Central de Venezuela (BCV).
Ambos valores han presentado distintos períodos de estancamiento durante el año 2020. Primero, entre los meses de enero y marzo, se mantuvieron entre los Bs. 70.000 y Bs. 75.000. Luego, entre finales de abril y comienzos de julio, se mantuvo alrededor de los 200.000 bolívares. Ahora, desde el 10 de julio, ha subido Bs. 75.963 en el mercado paralelo, y Bs. 71.375 en el sistema oficial.
No obstante, si se miden los aumentos por su valor porcentual, la cifra oficial se lleva la ventaja. En total en el año, partiendo desde el 2 de enero, la tasa oficial se ha depreciado 83,04% con una variación en su precio de 489,97%. Por su parte, la tasa paralela registra una devaluación de 77,5% y una variación de 345,49%; en ambos casos por debajo del indicador del BCV.
Una política sin credibilidad
Tras al menos siete años de crisis económica, y con una escasez de divisas cada vez más acentuada, se vuelve completamente difícil mantener estable el mercado cambiario.
Las variaciones en los precios que ha registrado, explica la economista Rosamnis Marcano, es el reflejo de la interacción entre oferta y demanda. Por ejemplo, cuando el tipo de cambio sube, tiende a ser porque no hay suficiente oferta de divisas para satisfacer la demanda.
A esto se unen los tres años de hiperinflación en el país, que han destruido el valor del bolívar y hecho que los venezolanos busquen refugiarse en monedas más estables, como el dólar o el euro. Y el uso del financiamiento monetario desde el BCV para cubrir el gasto público.
“La política monetaria del Gobierno no es creíble. Hasta ahora, ha logrado desacelerar el incremento del tipo de cambio limitando de forma importante el crédito bancario y disminuyendo el crecimiento de la base monetaria. Esta estrategia puede funcionar en el corto plazo, pero para lograr que el tipo de cambio se estabilice en el largo plazo es imprescindible que las personas vuelvan a confiar en el bolívar como moneda, para lo cual se requiere una reforma macroeconómica completa”, sostiene.
Encaje legal no ha dado resultado
Se refiere a la política de alto encaje legal que mantiene el BCV sobre la banca nacional desde finales de 2018. Con ello han obligado a las instituciones bancarias a congelar la mayoría de los bolívares, lo cual ha contribuido a secar el mercado y terminar de extinguir los créditos comerciales.
“Lo que se ha observado durante el último año es que la tasa oficial sigue al paralelo. Los períodos en que se ha encontrado por encima son muy breves y parecen ser posteriores a un retroceso del dólar paralelo”, dijo la economista.
Señala, además, que si la meta fuera eliminar el “mercado negro”, el Gobierno debería ofertar suficientes divisas a través de los canales oficiales. Pero eso, al en la última década, ha sido imposible y por eso las personas continúan recurriendo a los mecanismos no oficiales.
Toda esta combinación de factores conduce al país hacia un proceso de dolarización que parece indetenible, concluye Marcano.
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