El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó este viernes del riesgo de tensiones sociales en Europa ante la fuerte subida de los precios energéticos y alimentarios en la región, y advirtió que el mayor peligro se da en los lugares con mayor acogida de refugiados ucranianos.
En su informe sobre la situación económica y las perspectivas para Europa difundido hoy con motivo de sus reuniones de primavera con el Banco Mundial (BM), el Fondo deja claro que la guerra de Ucrania debe llevar a la región a replantearse sus políticas de gasto, hasta ahora centradas en aplacar los efectos de la pandemia, y centrarse en las consecuencias que ya está teniendo el citado conflicto.
Pero además, advierte que la catástrofe humanitaria que supone la salida de Ucrania de cinco millones de refugiados hace necesario que los países europeos pongan en marcha otras políticas que se adapten a la nueva situación, como incentivos laborales a la contratación de ucranianos.
La previsión de crecimiento del FMI para el conjunto de las economías avanzadas europeas es ahora del 3 %, un punto inferior a la publicada en enero, mientras que la de las economías emergentes es del 3,2 %, es decir, 1,5 puntos menos.
En este cálculo el Fondo no cuenta a Rusia, Bielorrusia ni Ucrania -cuyas caídas de la actividad económica son mucho mayores a causa del conflicto- ni tampoco incluye a Turquía.
Además, la inflación media de las economías avanzadas se situará este año en el 5,5 % y la de las emergentes en el 9,1 %, según el FMI.
La invasión rusa a Ucrania ha hecho que el FMI revisara las previsiones económicas de 143 países -como ha informado a lo largo de esta semana-, pero Europa, en concreto, es para esa institución la región más afectada por el conflicto, tanto por sus consecuencias presentes como por las futuras.
La guerra ha «eclipsado» la aún «incompleta» salida de la pandemia en Europa, dice el Fondo, que advierte de que la subida de precios de la energía y los alimentos causará «estragos» en la demanda, alterará los flujos comerciales y «exacerbará» los cuellos de botella de las cadenas de suministro.
Con este panorama, el informe avisa a los países europeos que deben abordar nuevos retos y pensar en nuevas medidas.
En el plano fiscal, apuesta porque los estabilizadores automáticos -las partidas presupuestarias que se ven alteradas por los cambios en la actividad, como las destinadas a prestaciones por desempleo- «operen libremente» mientras que haya un replanteamiento de los programas de ayuda.
Así, cree que a corto plazo habrá que poner en marcha programas de ayudas para acoger a los refugiados, y planes económicos que se adapten a su llegada, como incentivos a la contratación de ucranianos que han tenido que huir de su país.
Pero también avisa que será necesario seguir implementando o poner en marcha nuevos planes para ayudar a los hogares y empresas más vulnerables con la subida de precios.
Además, el FMI insiste en pedir a los bancos centrales que atiendan no sólo a la inflación sino también a la incertidumbre, y en concreto subraya que el Banco Central Europeo debe manejar con cuidado la reducción de compra de activos para evitar sustos. EFE
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