Venezuela no está en condiciones de enviar “un barril más” de petróleo a ningún país, como sugirió Nicolás Maduro recientemente, debido a que la producción es todavía baja y está “estancada” y “comprometida”, advierten expertos del rubro energético.
Gustavo Ocando Alex, Voz de América
Nicolás Maduro dijo la semana pasada en un acto a propósito de la visita a Caracas del secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Haitham Al Ghais, que el país está “listo” para exportar petróleo y gas a los mercados de Estados Unidos y Europa “de manera estable y segura”.
Según Maduro, rebatido en su legitimidad como presidente por 50 gobiernos del mundo, entre ellos el de EEUU, la producción petrolera de Venezuela se ha venido recuperando “sustancialmente” tras caer a mínimos históricos por “años de desinversión y falta de mantenimiento” en la industria.
En agosto, Venezuela produjo un promedio de 723.000 barriles de crudo por día, según sus reportes a la OPEP. En el segundo trimestre del año, promedió 745.000 barriles por día.
Maduro teóricamente no puede tener acceso a esos mercados por las sanciones económicas impuestas por EEUU, advierte el economista e investigador del sector petrolero Rafael Quiroz, pero dice que, además, la producción no alcanza.
“[Maduro] dice que Venezuela está lista para vender el petróleo que quiera a Estados Unidos, Canadá y Europa, cuando muy bien sabe que, de esos 670.000 barriles, el promedio anual, no tenemos un barril más para enviarle a nadie”, aseguró Quiroz a la Voz de América.
Quiroz explica que la producción venezolana “está estancada” y, a su vez, la mayoría de la cuota se encuentra “comprometida” con clientes tradicionales del régimen chavista, como China e India, con “muy pocos” barriles enviados a España, el Caribe y Centroamérica.
“Mientras que la producción venezolana no levante, no podemos enviar un barril más a nadie”, insiste. “Podemos tener los barriles bajo tierra que queramos, pero no salen solos”.
Venezuela produjo un promedio de poco más de tres millones de barriles de crudo antes de la ascensión al poder del fallecido expresidente Hugo Chávez, mentor de Maduro, en 1999.
La industria petrolera, clave para más de 90% del Producto Interno Bruto nacional, se deterioró a raíz de expropiaciones de empresas tercerizadas del sector, denuncias de corrupción, despido de miles de trabajadores por una purga política y la falta de inversión y de mantenimiento por parte del Estado, como admitió Maduro la semana pasada.
“Una declaración política”
Eugenio Montoro, exgerente del Complejo Petroquímico Morón de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), califica la oferta de crudo y gas de Maduro a Norteamérica y Europa como “una declaración política” que buscaría anidar esperanzas en inversores y electores.
A su entender, la producción de crudo es parte de una larga lista de asuntos pendientes para que el Estado pueda resucitar la economía, que es “un franco desastre”.
“El Producto Interno Bruto se fue al suelo en 80% (en ocho años). El PIB de Alemania cayó 45% en la Segunda Guerra Mundial, y aquí, sin guerra ni nada que lo justifique, cayó casi el doble”, apunta el especialista petrolero en conversación con la VOA.
Montoro considera que las afirmaciones de Maduro sobre el mercado energético extranjero no cambian la realidad que se vive, a su juicio, en los campos petroleros de Venezuela.
“La situación de la industria es tan grave y hay un abandono tan fuerte de campos de producción y refinerías, que es como volver a empezar” a alistar la producción de cero, dice. A los inversionistas extranjeros que pudieran venir al país les tocaría financiar “un levantamiento de producción de crudo muy lento” en el futuro inmediato, advierte.
Elevar el bombeo petrolero de 700.000 a un millón de barriles por día tardaría al menos un año, según sus cálculos. “Aquí no hay cuentos milagreros”, apuntó.
¿Rol clave de Venezuela?
El secretario general de la OPEP opinó durante su visita a Venezuela que el país jugará “un rol clave” en el mercado energético mundial en el futuro.
Venezuela cofundó la OPEP hace seis décadas, pero su rol en el organismo ha disminuido a medida que su cuota de producción ha quedado rezagada en comparación con otras naciones, esencialmente las del mundo árabe.
Quiroz subraya que “en la OPEP, quien habla más fuerte y puede golpear la mesa es quien produce más petróleo. Venezuela podrá hacerse sentir en la OPEP en la medida en que pueda robustecer su producción. Mientras, la voz en el seno de la organización será como una voz que casi se olvida. Una cosa son los deseos y otra cosa con los mitos”, enfatiza.
Al Ghais, electo en enero pasado como secretario de la OPEP para los próximos tres años, reiteró su condena a las sanciones internacionales contra Venezuela y defendió su papel para que el mercado petrolero mundial funcione “de manera eficiente”.
Autoridades del mundo petrolero venezolano, como Tareck El Aissami, sancionado y perseguido penalmente por Estados Unidos, han dicho que la nación suramericana solo espera por la Casa Blanca para reanudar su cooperación energética.
Quiroz opina distinto. “Ya es hora de que el gobierno nacional deje de creer que con 670.000 barriles diarios de producción Venezuela sigue siendo clave o fundamental en el mercado petrolero internacional. Nada más fuera de la realidad”, agregó.
La OPEP prevé que la demanda mundial de petróleo crezca 3,1 millones de barriles diarios este año y otros 2,7 millones de barriles por jornada en 2023, según Al Ghais.
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