La casa del reconocido actor Matthew Perry guardaba varios medicamentos recetados al momento de su muerte, ocurrida este fin de semana por aparente ahogamiento en su jacuzzi.
Perry había expresado en diversas ocasiones su temor a morir debido a su lucha con la adicción a las drogas (TMZ). En una entrevista con el New York Times en 2002, el también autor de “Friends, Lovers, and the Big Terrible Thing” confesó abiertamente sus continuas batallas contra la adicción a la Vicodina. Tras sufrir un accidente de moto acuática en 1997, llegó a consumir hasta 55 pastillas al día y poco después ingresó por primera vez en rehabilitación. En 2001 volvió a ingresar a un centro de rehabilitación, describiendo su internamiento de dos meses como la experiencia de tocar fondo.
En su libro de memorias, publicado en 2021, Perry aseguró que su adicción a los opioides lo perseguía muy de cerca, pero consideró que ya no había suficientes pastillas en el mundo para adormecerlo como en sus años de juventud.
“Robert Downey Jr., hablando de su propia adicción, dijo una vez: ‘Es como si tuviera una pistola en la boca con el dedo en el gatillo, y me gustara el sabor del metal’. Lo entiendo. Incluso en los días buenos, cuando estoy sobrio y miro hacia adelante, sigue estando conmigo todo el tiempo. Todavía hay un arma. Afortunadamente, supongo, ya no hay suficientes opiáceos en el mundo para colocarme”, expresó.
La adicción de Perry a los opioides llegó a tal grado que en 2019 su colon reventó, dejándolo en coma por dos semanas. Al despertar, se encontró con una bolsa de colostomía pegada en su cuerpo, la cual tuvo que usar durante 9 meses y cambiarla en al menos 50 ocasiones debido a que se rompía fácilmente. El proceso de recuperación también incluyó 14 cirugías más.
Dos años más tarde, Matthew mintió sobre su estado de salud para conseguir una dosis de hidrocodona que combinó con propofol para una cirugía a la que debía someterse. El resultado fue un paro cardíaco del cual lograron traerlo de vuelta gracias a maniobras de reanimación que, además, terminaron por quebrarle ocho costillas.
En una de sus últimas entrevistas, Perry confesó que comenzó a tomar Suboxone, medicamento que lo ayudaba a lidiar con la abstinencia a los analgésicos que casi le cuestan la vida. Sin embargo, Matthew también reveló que el Suboxone le quitó la capacidad de sentir felicidad, dejándolo “siempre un poco deprimido”.
“Médicos me dicen que no estoy técnicamente sobrio mientras lo tomo. (Es muy difícil dejarla del todo, lo cual es irónico porque es una droga que se utiliza para dejar otras drogas)”, declaró Perry a People en 2022.
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