Carolina Herrera abrió este lunes 10 de febrero, la antepenúltima jornada de la Semana de la Moda de Nueva York con una colección para otoño e invierno 2020 definida por la «exuberancia disciplinada», en la que destacaron los vestidos coquetos de silueta fluida en colores saturados.
EFE
La veterana casa de moda fundada en 1981 por la diseñadora venezolana, quien cedió la batuta creativa al joven Wes Gordon hace dos años, celebró su «show» en el centro artístico The Shed, cuya arquitectura futurista sobresale en el nuevo barrio de lujo de la Gran Manzana, Hudson Yards.
Gordon apostó por la elegancia de los vestidos largos, varios de ellos acompañados por capas a juego, y por los conjuntos de pantalón y chaqueta de traje, aunque también presentó minivestidos y otras combinaciones de pantalón y «top» embellecido.
La firma utilizó recurrentemente el blanco y el negro, pero hubo una explosión de colores saturados extraídos de la naturaleza, como el verde bosque, el amarillo mimosa, el azul aciano, el naranja clementina y el rojo chillón combinado con rosa fucsia.
Entre los más llamativos, se vieron varios vestidos de estampado floral con silueta voluminosa: en amarillo y negro, con tela semitransparente; y en azul y naranja, con tela rígida y volantes; así como un vestido de gala con cuerpo ajustado y hombros al aire, en negro, y amplia falda en blanco con flores dibujadas.
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