A lo largo de la historia del cine muchas muñecas y muñecos tuvieron su capítulo siniestro. Anabelle, de la saga El Conjuro, o el maldito Chucky, son sólo algunos ejemplos de ellos.
Por Maria Eugenia Capelo– Infobae
Y en El juego del calamar, existe una gigantesca muñeca que existe en la realidad.
Veamos la trama:
Cuatrocientas cincuenta y seis personas reunidas para una competencia. El premio mayor: 45.600 wones (unos 33 millones de euros). De nuevo el número 456 se repite en el premio y en la cantidad de jugadores. Los juegos a los que deben someterse los participantes son simples y tienen reglas sencillas que remiten a aquellos juegos de la infancia, donde el concepto de vida y muerte estaba presente de manera metafórica aunque no nos diéramos cuenta. Pero en la serie furor en Netlfix todo es literal y los personajes que no logren ganar el juego mueren de manera inmediata sin piedad.
Una de las primeras pruebas tiene como protagonista a una super muñeca gigante que recrea aquel juego en el que un participante se tapaba la cara contra una pared y el resto del grupo tenía que correr hasta ese muro. Pero cuando el que contaba se daba vuelta, nadie debía moverse sino quedaba eliminado. Quien lograba pasar la meta, era el ganador.
En esta serie coreana ese rol lo cumple esta super muñeca que en sus ojos tiene sensores de movimiento con los que registraba el mínimo movimiento de los participantes. Como pena a quienes apenas se movían, la muñeca le tenía reservada la muerte. La violencia comienza y se personifica en esta amigable muñeca en principio pero que inmediatamente será el pasaporte a una muerte segura.
Este juego se lleva a cabo en el primer episodio (Luz roja, luz verde) y todo el colorido y el concepto lúdico que invita esta enorme muñeca no es más que el comienzo de un fatídico juego por sobrevivir.
Pero esta muñeca, tan emblemática en la iconografía de la serie, no fue sólo una construcción para la historia sino que ya existía antes de que la serie tomara forma. Según el sitio coreano JTBC News, el lugar donde la descubrieron los productores de esta ficción, se llama Jincheon Country y se ubica a tres horas de Seúl, la capital de Corea del Sur. Esta siniestra muñeca es una especie de guardiana de seguridad de un museo de carruajes denominada Macha Land. Luego de que la serie finalizara, la muñeca fue devuelta de nuevo al museo. Pero ahora con la carga negativa de lo que “realizó” durante los episodios de la serie. Sumado a esto que le falta una mano y nadie sabe cómo fue que desapareció.
Pero hay más simbología en la muñeca. Su nombre verdadero es Mugunghwa que es la flor nacional de Corea, por lo tanto tiene mucha relevancia en el pueblo coreano. Según la página web Korea.net mugunghwa significa “flor eterna que nunca se desvanece”. De hecho durante el reinado de Corea (años 57 a.c. a 935 a.c.) se denominó Geunhwahyang (país del Mugunghwa).
A su vez para la promoción de la serie en Filipinas, Netflix colocó una réplica de la muñeca en un shopping de Quezon City, Manila. La muñeca mide más de tres metros y controla a través de una luz verde y otra roja los pasos de los peatones -mientras suena la canción tétrica de la serie- si ninguno de ellos avanza cuando no debe.
La serie protagonizada por Gong Yoo, Park Hae-soo, Lee Jung-jae, Oh Young-soo y Jung Ho-yeon se convirtió en una mina de oro para los actores que no paran de recibir propuestas laborales y acuerdos comerciales alrededor del mundo.
Cabe recordar que la semana pasada el jefe de contenidos de Netflix, Ted Sarandos, afirmó que El juego del calamar’ va camino a convertirse en la serie más vista de la historia de los diez años de la plataforma. ¿La segunda temporada? Aún sin confirmación y con su creador, (Hwang Dong-hyuk) hasta ahora, reticente a que se lleve a cabo.
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