Desde Henry Kissinger o Yevgeny Prigozhin -ambos con gran influencia en la geopolítica mundial- hasta el querido actor de Friends, Matthew Perry, o el artista Fernando Botero, el mundo despidió a lo largo de este 2023 a destacadas figuras de diversos ambientes.
Todos ellos, por su trabajo, su obra, su palabra o su rol dejaron una marca en el mundo, cada uno a su manera.
Estas son, entonces, las figuras de mayor influencia que murieron este año:
El 3 de enero, el conocido piloto de automovilismo Ken Block falleció a los 55 años por un accidente con su moto de nieve en Utah, Estados Unidos. Cerca de las 2 de la tarde de aquel martes, en una pendiente empinada, el vehículo volcó y aterrizó encima de él, provocándole heridas tan graves que le causaron la muerte en el acto.
Una semana más tarde, el mundo despidió a Constantino, el último rey de Grecia que perdió la vida a sus 82 años en Atenas a causa de un derrame cerebral. El ex monarca llevaba días hospitalizado por problemas respiratorios y su condición era delicada.
Luego, el 11 de enero, murió Jeff Beck, uno de los mejores guitarristas del mundo. El músico, que traspasó los límites del blues, el jazz y el rock and roll, y logró influir en generaciones “shredders”, falleció a sus 78 años tras contraer repentinamente una meningitis bacteriana.
Febrero comenzó con la muerte del prestigioso diseñador de moda, Paco Rabanne, el 3 del mes. El artista, de 88 años, era considerado uno de los más futuristas dentro de su género y una gran influencia para varios de sus colegas. Falleció en su domicilio en Portstall, Francia, por causas que no fueron especificadas.
El miércoles 15 fue la reconocida actriz estadounidense Raquel Welch la que inundó los diarios. La legendaria artista de Hollywood falleció a sus 82 años “tranquilamente” tras un paro cardíaco durante la madrugada aunque desde hacía tiempo padecía de Alzheimer. Hasta entonces, se desconocía que Welch sufría esta enfermedad. Su legado se mantiene intacto, con los mejores recuerdos de su carrera, entre los que destaca “One Million Years B.C”.
Jerry Springer, icónico conductor de televisión, también estadounidense, murió el 27 de abril a sus 79 años. El presentador estaba en su casa de Chicago y había sido diagnosticado con un cáncer de páncreas que avanzó muy rápidamente en los meses previos.
El 24 de mayo, Anna Mae Bullock, más conocida como Tina Turner, murió a los 83 años de manera pacífica en su casa de Küsnacht en Suiza. Si bien falleció por causas naturales, desde 2016 batallaba con un cáncer intestinal. Su música marcó a toda una generación y la convirtió en la única e irrepetible “Acid Queen”.
El matemático Ted Kaczynski, más conocido como Unabomber, por haber dirigido una campaña de atentados durante 17 años y cobrarse la vida de tres personas, murió el 10 de junio a sus 81 años. Cumplía cuatro cadenas perpetuas en la cárcel de Carolina del Norte, donde fue hallado sin vida. Las autoridades lo encontraron inconsciente en su celda y lo llevaron al centro médico de la prisión pero poco después fue declarado muerto. Se desconoce la causa.
Dos días más tarde, los ojos del mundo se posaron sobre Europa luego de que se confirmara la muerte del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi. El también magnate de medios falleció a los 86 años en el hospital San Raffaele, donde estaba ingresado hacía cuatro días por problemas relacionados a la leucemia mielomonocítica crónica que padecía desde hacía tiempo. Tres semanas antes, incluso, había recibido el alta tras una internación de 44 días por una pulmonía.
En el plano literario, el 13 de junio el autor Cormac McCarthy falleció a los 89 años en su casa de Santa Fe, Nuevo México (EEUU), por causas naturales. McCarthy fue uno de los escritores más relevantes de los Estados Unidos junto con Ernest Hemingway y William Faulkner, y una voz prominente de la literatura del país durante gran parte del último medio siglo.
El 21 de julio murió Tony Bennett, una de las máximas figuras de la música. El cantante de clásicos estadounidenses falleció en Nueva York a los 96 años. Si bien no se especificó la causa de su muerte, hacía seis años había sido diagnosticado con Alzheimer. Su espíritu alegre unió generaciones y lo convirtió en un creador de éxitos durante siete décadas. Ganó 19 premios Grammy y vendió más de 50 millones de discos en todo el mundo.
También ese mes, el 26, falleció la cantante irlandesa Sinéad O’Connor, a los 56 años. La policía la encontró inconsciente en su departamento en Londres, 18 meses después de que su hijo Shane se suicidara a los 17 años y tras varios años de batallar por su salud mental. La cantante alcanzó la fama mundial en 1990 con la balada “Nothing Compares 2 U”, uno de los temas más destacados de la década.
Yevgeny Prigozhin, uno de los nombres que más relevancia tomó en los últimos dos años por su cercanía al presidente ruso Vladimir Putin y su rol crucial en la guerra sobre Ucrania, murió el 23 de agosto. El mercenario, de 62 años, falleció en condiciones extrañas que aún son debatidas por la comunidad internacional ya que se trató de un accidente aéreo en la región de Tver mientras viajaba de Moscú a San Petersburgo junto con otros líderes del Grupo Wagner. El episodio ocurrió exactamente un mes después de que Prigozhin iniciara un motín en Rusia y una movilización hacia la capital con el objetivo de derrocar a la cúpula militar, que acabó resolviéndose en condiciones también extrañas.
El cantautor Jimmy Buffett, que popularizó el soft rock playero con el tema “Margaritaville”, murió a los 76 años el 1 de septiembre por un carcinoma de células de Merkel que le había sido diagnosticado cuatro años atrás. Estaba junto con su familia, sus amigos, su música y sus perros, y “vivió su vida como una canción hasta el último aliento”, indicaron fuentes cercanas.
Otra de las grandes pérdidas en el ambiente artístico fue la de Fernando Botero, el 15 de septiembre, a los 91 años. El pintor colombiano falleció en la tranquilidad de su hogar en Mónaco. En los últimos años su salud se había deteriorado e, inclusive, estaba recuperándose de una neumonía por la que había estado hospitalizado durante varios días.
Italia también vivió este año la muerte de Matteo Messina Denaro, capo de la mafia siciliana Cosa Nostra. El criminal, de 61 años, había sido capturado en enero en una clínica en Palermo tras pasar tres décadas prófugo. Según conocieron las autoridades entonces, estaba tratándose por un cáncer de colon. Su cuadro se agravó durante su tiempo en prisión y debió ser ingresado en un hospital en el centro del país donde, días más tarde, entró en un coma irreversible y finalmente perdió la vida el 25 de septiembre.
El 15 de octubre, un día antes de su cumpleaños, murió a los 76 años la actriz Suzanne Somers, también a raíz de un cáncer de mama que tenía desde hacía 23 años. Estaba en su casa en Palm Springs, California, y partió pacíficamente, según su publicista. La rubia, recordada por su protagónico en la serie “Three’s Company”, también había batallado con un cáncer de piel.
También, el 21 de octubre, a sus 86 años, murió la leyenda del fútbol inglés Bobby Charlton. El campeón de Europa con el Manchester United y de la Copa del Mundo en 1966 padecía demencia y partió pacíficamente rodeado de su familia. Charlton es recordado como uno de los mejores jugadores de toda la historia de los seleccionados de su país y un ícono en Old Trafford.
El 26 de octubre se conoció la muerte de Li Keqiang, ex primer ministro de China, encargado de liderar las reformas económicas del gigante asiático durante una década marcada por la guerra comercial con Estados Unidos y la pandemia del coronavirus. El ex mandatario, que había dejado su cargo en marzo, falleció a los 68 años producto de un ataque cardíaco en Shanghai.
Hollywood estuvo de luto el 28 de octubre luego de que se confirmara la muerte del actor Matthew Perry, protagonista de la serie “Friends”, en su casa de Los Ángeles. Perry, de 54 años, fue encontrado sin vida en el jacuzzi aunque no fue únicamente el ahogamiento la causa de su deceso sino que también fue, según los médicos forenses, el efecto agudo de la terapia de infusión de ketamina que estaba recibiendo en su lucha contra la depresión y la ansiedad. El actor había hecho públicos sus problemas de salud mental, que iniciaron durante su época en la comedia y lo acompañaban desde entonces.
La ex primera dama de Estados Unidos, Rosalynn Carter, murió a los 96 años el pasado 19 de noviembre en su casa de Georgia. La esposa del ex presidente Jimmy Carter recibía cuidados paliativos en su residencia dado el avance de su demencia y el deterioro en su estado de salud. Rosalynn mantenía con su marido una “asociación plena” y hasta llegó a ser señalada por el ex mandatario como su mejor amiga y “la extensión perfecta de mí”.
Otra de los fallecimientos que más movilizó al país norteamericano y, probablemente, a varios en el mundo, fue el de Henry Kissinger el 29 de noviembre, a sus 100 años, en su casa de Connecticut. Kissinger fue el artífice de la política exterior de Washington y dirigió durante 50 años a la Casa Blanca a través de todo tipo de convulsiones políticas, sociales y militares, que lo coronaron como una de las personas más influyentes del siglo. Muchos lo recuerdan como el poder detrás del poder y como un hombre de consulta y decisión.
Por último, el 5 de diciembre partió la hermana menor del líder cubano Fidel Castro, Juanita. Exiliada desde la década de 1960, murió a los 90 años en un hospital en Miami aunque sus primeros años fuera de la isla los pasó en México. Desde un primer momento mostró sus diferencias políticas con la dictadura de La Habana y fue crítica del régimen liderado por sus hermanos Fidel y Raúl.
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