La expulsión del país de los funcionarios de la Oficina de Asistencia Técnica del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, es para el diputado a la Asamblea Nacional Miguel Pizarro, “una nueva ola de violación a los derechos humanos, de atropellos y de abusos por parte del régimen”, escenario que, indicó, “deja a los venezolanos en una situación de mayor vulnerabilidad”.
El también presidente de la Comisión Especial de Seguimiento a la Ayuda Humanitaria en Venezuela, recordó que esta oficina había sido instalada en noviembre de 2019, como parte del Memorando de Entendimiento entre el Estado venezolano y el Alto Comisionado, tras la visita al país de la entonces Alta Comisionada de DDHH, Michell Bachelet.
Pizarro recordó que la misión de esta oficina era brindar asistencia; realizar recomendaciones a instituciones y a funcionarios; y, sobre todo, velar por mejoras en la situación de derechos humanos en Venezuela.
La salida de los 13 funcionarios y estas acusaciones del régimen en cuanto al desempeño y la labor de esta oficina, indicó Pizarro, “no solo implica dificultades en la comunicación entre víctimas y organizaciones de la sociedad civil y estos mecanismos multilaterales, sino que también deja a los venezolanos en una situación de mayor vulnerabilidad. E impide a la comunidad internacional tener información de primera mano sobre lo que ocurre en el terreno en el espacio cívico y en el espacio de derechos humanos”.
Acciones a seguir
Ante este panorama, Pizarro propuso tres acciones fundamentales a seguir. La primera de ellas, “seguir alzando la voz de forma clara para denunciar aún más lo que sucede en el país”.
En segundo lugar, “pedimos a la comunidad internacional que voltee nuevamente los ojos hacia Venezuela y que entienda nuestra crisis con urgencia y sentido de gravedad; que no nos conviertan en una crisis normalizada y olvidada; y que se hagan eco de la denuncia, visibilización y condena de lo que está ocurriendo en nuestro país. Más aún cuando el régimen pretende aislarnos del mundo, de los entes multilaterales y de los mecanismos de observación”.
Y en tercer lugar envió a las Naciones Unidas, a la Oficina de Asistencia Técnica del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y a los mecanismos especiales, “no solo nuestras palabras de solidaridad y reconocimiento, sino también todo nuestro apoyo a mantenerse firmes en sus posturas, en sus mandatos, labores y tareas. Los avances que se han logrado en materia de denuncias, han sido en parte gracias a sus informes, a sus declaraciones y a sus esfuerzos por velar por nuestros derechos”.
Finalmente, pidió a la sociedad civil y a las víctimas, no desmayar y seguir insistiendo, “porque más temprano que tarde, en Venezuela habrá justicia, verdad y no repetición”.
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