Los duques de Sussex continúan adelante con sus planes de salir de la primera línea de la Familia Real, su deseo de ser financieramente independientes y de poder vivir entre Canadá e Inglaterra.
Meghan Markle regresó al país norteamericano hace una semana, donde se reencontró con su hijo Archie, hace justo una semana, dejando en Reino Unido al príncipe Harry lidiando con la crisis, que tuvo su punto álgido con la histórica cumbre de Sandringham que reunió a la Reina, el príncipe de Gales y sus dos hijos. De momento, el duque de Sussex permanecerá en la tierra que le vio nacer, por lo menos y salvo sorpresas, hasta principios de la próxima semana ya que tiene algunas reuniones.
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Mientras tanto, Meghan sigue imparable en Canadá donde ha visitado dos centros de mujeres y ha retomado algunas de sus rutinas fit como el pilates. Sin embargo, cada vez podrían estar más cerca de Canadá tras lo últimos movimientos en Frogmore Cottage, su residencia de Windsor.
Actualmente, Meghan sigue alojándose en la isla de Vancouver, situada en la Columbia Británica, donde la familia pasó las seis semanas de retiro antes y durante las navidades. Allí disfrutaron de una lujosa villa frente al mar y de largos paseos y excursiones como dos vecinos más y, sobre todo, lograron pasar casi desapercibidos.
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