TikTok está diseñada para hacer adictos a sus usuarios, asegura el fiscal general de Kentucky (EE.UU.), Russell Coleman, en una demanda contra la compañía, a la que también acusa de explotar menores y «dañarlos de otras maneras». Esta es una de las varias demandas presentadas por fiscales generales de 13 estados del país y del Distrito de Columbia el pasado 8 de octubre, acusando a la red social de perjudicar el bienestar de los niños mediante el uso de características adictivas del producto que los mantienen enganchados a la plataforma.
La demanda de Coleman, de 125 páginas y presentada en el Tribunal de Circuito de Scott, contiene numerosos apartados censurados, algunos de información de documentos internos de TikTok, que «siguen sujetos a ciertos acuerdos de confidencialidad», según Kevin Grout, portavoz de la oficina de Coleman. No obstante, el medio National Public Radio (NPR) revisó el documento y reveló algunas de las acusaciones más graves.
«Máquina de adicción»
De este modo, se afirma que TikTok —propiedad del gigante tecnológico ByteDance, con sede en Pekín (China)— sabe que «todo lo que se necesita para enganchar a un usuario medio es que vea 260 videos». «Aunque esto puede parecer sustancial, los videos de TikTok pueden ser muy cortos, de solo 8 segundos, y se reproducen para los espectadores en una rápida sucesión, automáticamente. Así, en menos de 35 minutos, un usuario medio puede convertirse en adicto a la plataforma», precisa la demanda.
Según las autoridades de Kentucky, la plataforma aplica «tácticas de diseño coercitivas» para aumentar su uso habitual entre los jóvenes. Por ejemplo, los «acribilla» con recordatorios para que se conecten, haciendo que sea «psicológicamente difícil desconectarse».
De este modo, el uso compulsivo de la aplicación incrementa en los usuarios su incapacidad para autorregularse y se correlaciona con una serie de efectos mentales negativos. Pérdida de habilidades analíticas, disminución de la empatía, falta de pensamiento contextual y de profundidad de conversación son algunos de ellos. «TikTok es más que bailes de moda o videos divertidos. Es una herramienta especialmente diseñada para atraer a los menores, lo que provoca depresión, ansiedad, alteraciones del desarrollo y más», asevera Coleman.
En este sentido, la demanda afirma que TikTok no revela lo que sus ejecutivos y empleados saben sobre los daños causados por el aumento del tiempo de pantalla, y tampoco informa a los usuarios menores de edad o a sus padres que intencionalmente implementa las estrategias anteriormente mencionadas. Por otro lado, el escrito apunta a características de TikTok como la reproducción automática, que mantendría a los usuarios deslizando la pantalla sin cesar y los filtros de belleza, que estarían fomentando problemas de imagen corporal malsanos.
«Han diseñado TikTok para ser una máquina de adicción, dirigida a usuarios jóvenes y más insidiosamente a niños menores de 13 años quienes, como bien saben los demandados, tienen una capacidad de autocontrol limitada en su desarrollo […]. La liberación de dopamina en sus cerebros los lleva a usar TikTok de una manera tan excesiva, compulsiva y adictiva que los daña tanto mental como físicamente», según el escrito.
«Tergiversa nuestro compromiso con la seguridad»
El pasado jueves, el portavoz de TikTok Alex Haurek criticó a NPR por hacer pública información que ahora está bajo secreto judicial, afirmando que el material «selecciona citas engañosas y saca documentos obsoletos de contexto para tergiversar nuestro compromiso con la seguridad de la comunidad». Entretanto, Michael Hughes, otro vocero de la empresa, tildó de «increíblemente decepcionante» la decisión de demandar en lugar de trabajar en conjunto para encontrar «soluciones constructivas».
«Ofrecemos sólidas protecciones, eliminamos de manera proactiva a los usuarios menores de edad sospechosos y hemos lanzado voluntariamente funciones de seguridad como límites de tiempo de pantalla predeterminados, emparejamiento familiar y privacidad predeterminada para menores de 16 años», subrayó.
El fiscal Coleman espera con su acción judicial detener las «violaciones continuas» de la empresa y sanciones de hasta 2.000 dólares por cada infracción a la Ley de Protección al Consumidor de Kentucky.
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