Tras ser extraditado desde Costa Rica, Maickel Villegas Rodríguez (27), acusado de participar en el secuestro y posterior crimen del militar venezolano Ronald Ojeda, quedó en prisión preventiva este miércoles en la cárcel de máxima seguridad en Santiago, a pesar de los argumentos de su defensa que aseguró que el imputado es una “víctima más” del crimen organizado.
Durante la audiencia de formalización, el fiscal Héctor Barros detalló la cronología de los hechos y el rol que cumplió Villegas junto al adolescente venezolano de iniciales A.D.C.R., quien ya fue condenado a 5 años de cárcel en un juicio abreviado por su participación en el horrendo asesinato.
Sin embargo, a pesar de que el Ministerio Público mantiene su teoría de que el crimen de Ojeda tuvo motivaciones políticas, en esta oportunidad los persecutores no dieron a conocer detalles que puedan vincular este caso con el régimen de Nicolás Maduro.
La cronología de los hechos
El relato de la Fiscalía comenzó con la noche previa al secuestro -20 de febrero de este año-, cuando Maickel Villegas pasó a buscar al menor A.D.C.R a su casa en Santiago en el auto de su cuñado, un Chevrolet Sail. Según la declaración del adolescente, Villegas le dijo que lo acompañara a “entregar un paquete” y tras comprar unas hamburguesas, se apostaron alrededor de las 23:00 horas en una calle aledaña al edificio donde residía el malogrado militar, en la comuna santiaguina de Independencia. Allí esperaron fumando marihuana.
Pocos minutos después de 03:00 horas, apareció el Nissan Versa con Walter Rodríguez -aún prófugo de la justicia-, junto a cuatro individuos más. Fueron ellos quienes entraron al edificio disfrazados de policías y mostrando una orden falsa, se dirigieron hasta el piso 14, donde en poco más de un minuto raptaron a Ojeda, llevándoselo semidesnudo.
Cuando salieron del edificio fue Maickel Villegas el encargado de grabar un video de la víctima y enviarlo a una persona todavía no identificada.
“El antecedente de que él grabó y envió la filmación a otra persona, está en la investigación. Lo que no tengo claro, y ojalá pudiera, es el destinatario de ese video”, admitió el fiscal Barros, según consignó BioBíoChile.
En la huida, el Nissan Versa quedó en panne y fue Villegas quien acudió a apoyarlos, junto a otro auto, un Hyundai I10. Los raptores se distribuyeron en ambos vehículos, y el Sail de Villegas con tres de los falsos policías se dirigió hasta una casa de seguridad en San Bernardo, donde sujetos chilenos salieron con sábanas para cubrirlos e ingresarlos al lugar.
El Hyundai donde iba Ojeda y Walter Rodríguez siguió camino hasta una casa de tortura en el campamento irregular Santa Marta de Maipú, lugar donde su cuerpo fue encontrado diez días después dentro de una maleta enterrada a más de un metro bajo una losa de cemento.
Según la declaración del menor, cuando le preguntó a Villegas de qué se trataba todo el asunto, éste le dijo que no se preocupara, que le iba a caer dinero por su ayuda esa noche. También, que los falsos policías eran de seguro miembros de Los Piratas, célula del Tren de Aragua.
El gran error de Villegas fue que tras el plagio pasó a cargar combustible, pagó con una tarjeta e incluso dio los datos de su DNI, a fin de no pederse el descuento, gracias a lo cual fue posible identificarlo.
La teoría de la defensa
Sin embargo, en su argumentación, la abogada defensora esbozó una teoría diametralmente opuesta. Según su versión, fue el adolescente quien llamó llamado a Villegas para pedirle “una carrera” en su auto y quien también grabó a Ojeda maniatado. Luego, habría sacado un arma y dicho que se dirigiera a auxiliar a los ocupantes del Nissan Versa y manejara hasta la casa de seguridad en San Bernardo.
Allí, los falsos policías habrían querido quemar su vehículo, pero Villegas logró zafar y volver a su hogar. Al día siguiente escondió el auto y le avisó a su familia que se iba del país, muerto de miedo por todo lo sucedido.
La defensora expuso además que Villegas no registra antecedentes penales, contaba con residencia definitiva en Chile y recién lo habían ascendido en su trabajo a jefe de bodega.
”¿Sería tan iluso alguien de haber ido con un auto con su placa patente real para participar en un hecho organizado?”, razonó Cofré.
Pero su argumento fue tildado de “no creíble, o increíble” por el fiscal Barros, y de la misma opinión fue la jueza Paula Brito, quien decidió dejarlo en prisión preventiva por 120 días, mientras dure la investigación.
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