La empresa propietaria del buque, Shoei Kisen Kaisha Ltd., declaró este martes que tomaría parte de la investigación sobre las causas del incidente junto a otros participantes.
A. Alamillos | El Confidencial
Tras seis días atascado en el Canal de Suez, bloqueando cientos de barcos, poniendo un ‘tapón’ a la vía por la que pasa el 12% del comercio mundial y el 10% del petróleo, el megabuque Ever given por fin fue liberado el lunes y ahora navega libre hacia su destino, el puerto de Róterdam. Sin embargo, una vez ya logrado reflotar el carguero, las preguntas se hacen más imperiosas: ¿cómo se encalló?, ¿es un accidente o hay negligencia humana detrás? Y sobre todo si es así: ¿quién tendrá qué pagar el pato?.
Mientras el Ever given navega por el Gran Lago Amargo (que une las partes norte y sur del canal), un equipo multidisciplinar de expertos en tráfico marítimo y navegación han abordado este martes el megabuque propiedad de una compañía japonesa pero operado por una naviera taiwanesa y con bandera panameña. La gestión técnica del buque depende de una compañía con sede en Singapur. Se añade la gestión del canal de Suez donde se quedó atascado -en circunstancias todavía por esclarecer-, que depende de Egipto pero que es operado por la compañía Gulf Agency Company (GAC), con sede en Dubái. El juego de culpas está echado.
La empresa propietaria del buque, Shoei Kisen Kaisha Ltd., declaró este martes que tomaría parte de la investigación sobre las causas del incidente junto a terceras partes, pero sin puntualizar quién más será parte de la investigación.
Por el momento, la empresa se ha negado a discutir las posibles causas que provocaron que el navío, de 60 metros de altura, 400 metros de eslora y 220.000 toneladas de peso se ladeara de su rumbo y terminara encallando su bulbo de proa profundamente en la orilla del kilómetro 151 del canal. La investigación sobre las causas implicará a «múltiples organismos y agentes», e incluirá entrevistas con los pilotos a bordo, personal de cubierta y otros miembros de la tripulación, según un portavoz de la compañía citado por Bloomberg.
Vientos, muy rápido, error humano
Según la empresa japonesa, «no pueden discutir una investigación abierta», pero las primeras hipótesis mencionan sobre todo a los fuertes vientos de una tormenta de arena, que habrían afectado la visibilidad y maniobrabilidad del buque en una zona especialmente estrecha del canal. Sin embargo, también hay otras opciones sobre la mesa: excesiva velocidad del buque y otros «errores humanos».
Efectivamente, poco antes de que quedara encallado, el Ever Given registraba una velocidad de 13,5 nudos, muy por encima de la velocidad máxima permitida por la Autoridad del Canal de Suez, que está entre 7,6 y 8,6 nudos. Inicialmente se habló también de un «apagón» que habría afectado al barco y sus controles, una hipótesis negada por el jefe técnico del barco.
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