Unos 123 millones de personas viven lejos de sus hogares tras huir de ellos por conflictos, desastres y otras emergencias, y necesitan que los estados les presten atención “no sólo cuando éstos lleguen a sus fronteras”, afirmó este lunes el alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi.
“Cuando los refugiados y migrantes llegan a las fronteras de otros países, sus gobiernos están bajo gran presión política y toman decisiones reactivas que suelen enfocarse en controles, en detener esos movimientos o en sistemas para desviar, externalizar o incluso suspender el asilo“, lamentó Grandi en la apertura del 75º Comité Ejecutivo de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
El italiano, al frente de la organización desde 2016, subrayó que en lugar de ello la comunidad internacional “debe fijar su atención en el inicio de esos flujos, en las causas que mueven a la huida en los países de origen“.
El alto comisionado pidió también la creación de más rutas legales para estos refugiados y desplazados, y puso como ejemplo el establecimiento en Latinoamérica de las llamadas Oficinas de Movilidad Segura impulsadas con ayuda de países de la región cono México, Colombia, Ecuador, Brasil o Costa Rica.
Grandi recordó que buena parte de los refugiados que huyen de sus países son acogidos en las naciones vecinas a esas naciones en guerra o en crisis, y que en su mayoría “quieren regresar a sus lugares de origen de forma voluntaria, con dignidad, cuando las condiciones así lo permitan“.
Advirtió por otro lado de que de los 10.800 millones de dólares solicitados por la organización a la comunidad internacional para ayudar a refugiados y desplazados ACNUR sólo ha recibido un 45 %.
Destacó en este sentido la importancia de impulsar no sólo las donaciones estatales sino también las privadas, y en este caso, puso como modelo la labor de la ONG “España con ACNUR“, que en años pasados ha colocado a los españoles como una de las naciones más generosas con la agencia de la ONU, pese a que la contribución estatal es relativamente menor que otras grandes economías de la UE.
En su discurso, Grandi recordó la reciente pérdida de dos empleados de ACNUR fallecidos por ataques en la actual ofensiva israelí contra el Líbano, y aseguró que “no se puede permitir que las vidas de trabajadores humanitarios sean consideradas meros ‘daños colaterales’, o peor aún, que sean objeto de difamaciones“.
El alto comisionado ha visitado recientemente Líbano y Siria, países afectados por nuevas olas de desplazamientos debido al aumento de las hostilidades con Israel, y este año también ha viajado a Sudán, donde los 11 millones de personas que dejaron su hogar allí por la guerra civil constituyen la mayor crisis de refugiados y desplazados del planeta en la actualidad.
“Hemos tenido en promedio unas 40 emergencias cada año desde 2022, y en ellas las causas del desplazamiento se han ido volviendo más complejas. El conflicto, la violencia y la persecución siguen siendo los principales motores, pero los efectos del cambio climático se han convertido en multiplicadores de estos movimientos“, afirmó. EFE
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