Robert Cardona, un agente del Departamento de Policía de Nueva York que padeció cáncer tras participar en las labores de rescate del atentado a las Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001, murió este miércoles a causa del coronavirus.
“Hoy perdimos a otro gran detective por complicaciones de COVID-19. El policía Robert Cardona era un veterano que llevaba 19 años trabajando, y deja atrás a un hijo de 8 años”, informó a través de un comunicado en Twitter Rodney Harrison, Jefe de Investigadores de la Policía de Nueva York.
“Mientras estuvo asignado a la Brigada de Investigadores del distrito número 13, Robert sobrevivió a un cáncer relacionado con el 11S, y era delegado de la Asociación de Beneficiencia de Detectives”, añadió Harrison.
El agente, que falleció a los 41 años, se unió a la Policía de Nueva York en 2001, meses antes de que ocurriera el ataque a las Torres Gemelas de World Trade Center, donde perdieron la vida 2.976 personas. Como muchos otros rescatistas, Robert Cardona inhaló el polvo, el humo y los productos químicos y tóxicos que emanaron de los escombros tras el derrumbe de los dos edificios. Unas sustancias que le llevaron a enfermar de cáncer.
“Heroicamente, luchó contra el cáncer que sufrió tras el 11S, que estaba en remisión cuando comenzó a sufrir los síntomas del coronavirus hace casi un mes”, escribió en un comunicado el comisario del Departamento de Policía de Nueva York, Dermot Shea, quien destacó la fortaleza del agente.
Tras recuperarse del cáncer, Cardona regresó al trabajo. Volvió al distrito número 13, ubicado en el sureste de Midtwon, en Manhattan, y ejerció además como delegado de la Asociación de Beneficiencia de Detectives (o DEA, por sus siglas en inglés), que ayuda económicamente a las familias de policías que mueren en servicio.
A pesar de su historial clínico, Robert Cardona continuó patrullando las calles cuando el Covid-19 comenzó a propagarse.
“Él estaba comprometido con su trabajo y con ser detective. No sólo sirvió a la gente de la ciudad, sino también a sus compañeros”, dijo Paul DiGiacome, presidente del sindicato de investigadores de la policía de Nueva York.
Hasta el momento, cinco detectives de la ciudad fallecieron por Covid-19. Y en total, en el Departamento de Policía de Nueva York, ya fallecieron 27 empleados -entre agentes y civiles-.
“Es un momento muy peligroso para los agentes de Nueva York y para todos los socorristas», dijo a principios de esta semana Paul Giacome. «Estar arriesgando su vida día tras día, frente a los criminales, y frente a lo que yo llamo la bala invisible, este coronavirus”, añadió.
Según las cifras oficiales publicadas este miércoles, desde que esa “bala invisible” atacó la ciudad de los rascacielos, se registraron un total de 4,080 casos positivos de Covid-19 dentro de la corporación policial. Sin embargo, a 15 de abril, 1,306 de estos trabajadores ya regresaron a su puesto, tras superar la enfermedad.
Así, actualmente, dentro del Departamento de Policía de Nueva York hay 2,749 empleados -2,161 uniformados y 588 civiles- que padecen el virus y se están recuperando de forma ambulatoria o en hospitales.
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