Hay que decirlo con toda su realidad. La situación de contagio en Bogotá es crítica: casi 100 por ciento de ocupación de UCI y cerca de 500 pacientes por ubicar. Es responsabilidad de todos protegernos. Cada aglomeración crece el riesgo para el cual ya no tenemos capacidad». Con este trino, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, reveló la complicada situación que atraviesa el país por la pandemia.
Fue la primera vez que el jefe de la cartera sanitaria hizo referencia a un inminente colapso del sistema sanitario. «Hoy seguimos entre el 92 y 94 por ciento de ocupación UCI en la capital colombiana. Tenemos también una saturación muy alta en Cundinamarca, Boyacá, Santander», agregó y expuso que territorios como Antioquia y la zona norte de Colombia ya vienen en descenso.
Pero, evidentemente, señaló Ruiz, «estamos es una situación en la cual el crecimiento del contagio ha sido absolutamente importante. Tenemos una particularidad y es que se está afectando población más joven, que tiende a durar más días en UCI, y eso hace la diferencia con los picos pasados».
A nivel nacional solo están disponibles el 15,8 por ciento de las 12.973 camas de UCI habilitadas y, de acuerdo con los registros oficiales, el promedio diario de casos en la última semana fue de 16.301, mientras que las muertes en el mismo periodo fueron en promedio 463 al día; números que, sin duda, se ubican dentro de los más altos en los 432 días de evolución de la pandemia en el país.
La inquietud crece porque, según explica Julio César Castellanos, director del Hospital San Ignacio en Bogotá, se está consolidando una especie de meseta en el punto más alto de este tercer pico, sin que haya muestra cercana de descenso, lo que puede llevar al sistema hospitalario a situaciones inéditas en este proceso.
Para ratificarlo está que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (INS), el país tiene hoy en promedio uno de los índices de contagio más elevados en los últimos meses (1,75), que asciende en ciudades como Bogotá (2,35), Barranquilla (2,26), Medellín (2,45) y Manizales (2,4). Esto permite inferir que, según los modelamientos del mismo INS, se proyecta una aceleración de contagios entre el 9 y el 20 de mayo, lo que empeorará la situación.
En ese sentido, algunas autoridades locales de salud consideran que las aglomeraciones condicionadas por las movilizaciones sociales de los últimos días han sido un factor determinante para la prolongación de este tercer pico, a lo cual se le sumaría la presencia –aunque no prevalente– de variantes del virus con mayor capacidad de contagio.
Pero si bien las marchas pueden estar influyendo en esta condición, una mirada hacia atrás demuestra que entre enero y mayo se han presentado el 44,7 por ciento de todos los casos registrados en la pandemia y en este mismo periodo se han registrado el 54,1 por ciento del total de las muertes. Según Álvaro Cardona, doctor en salud pública y profesor de la Universidad de Antioquia, esto da a entender que existen elementos y condiciones diferentes a las marchas que están acelerando la pandemia.
«Este fenómeno se venía presentando sin que hubiera respuesta efectiva por parte del Gobierno para gestionar adecuadamente la pandemia y se debieron aplicar medidas recomendadas desde sectores expertos para atenuar esta situación y compensar la frágil campaña de vacunación», dice Cardona.
Lo cierto es que la situación amerita medidas urgentes. Castellanos, por ejemplo, reafirma que es mandatoria la utilización adecuada, racional y eficiente de los pocos recursos disponibles para lograr salvar el mayor número de vidas, lo que requiere indefectiblemente continuar con las medidas de autoprotección, en razón a que ya no existe otra forma de prevenir los contagios.
Por su parte, el infectólogo Carlos Pérez insiste en que lo único que permite equidad en la pandemia es la vacunación, por lo que debe reforzarse todo este proceso para cubrir a la mayor cantidad de personas. Frente a las aglomeraciones, señala que es probable que los contagios que surjan de ellas ocurran más en personas jóvenes, que podrían tener menos riesgo, para lo cual es urgente definir manejos ambulatorios para descongestionar los hospitales y racionalizar los recursos que hoy escasean.
En el mismo sentido, Carlos Álvarez, infectólogo y coordinador de estudios covid-19 de la OMS para Colombia, recalca la importancia de que las personas que salgan a la calle refuercen las medidas de protección al interior de sus domicilios con el uso del tapabocas, la ventilación adecuada y el aislamiento ante el primer síntoma, para evitar contagios en personas con factores de riesgo.
Y si bien la vacunación empieza a dar muestras de protección a personas mayores, esto aún no es suficiente, por lo que Pérez reafirma que se deben fortalecer los aislamientos rápidos e incluso restricciones sectorizadas para áreas con mayores contagios y continuar con los controles de aforos, sin las medidas de confinamiento estrictas que no han sido efectivas y traen desbordamiento social.
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