Desde el estrado de la Casa Blanca, el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, presentó en mayo las nuevas vías legales de entrada al país para venezolanos y otros migrantes, además de ofrecer un mensaje “muy claro” para quienes lo hagan de forma ilegal.
Por VOA Noticias
“Nuestras fronteras no están abiertas. Quienes crucen nuestra frontera de forma ilegal y sin un motivo legal para quedarse serán procesados y expulsados rápidamente”, indicó.
El miércoles, Mayorkas anunció la concesión del Estatus de Protección Temporal (TPS) para unos 472.000 venezolanos que llegaron al país hasta el 31 de julio, incluyendo algunos de los que ignoraron sus severas advertencias y cruzaron la frontera de forma ilegal.
Las circunstancias cambian, pero la ampliación de la protección por parte del gobierno del presidente Joe Biden puede complicar su mensaje.
Muchos venezolanos emigrarán a Estados Unidos con o sin opciones de acogerse al TPS, una ley de 1990 que permite al secretario de Seguridad Nacional conceder permisos de trabajo renovables por periodos de hasta 18 meses a gente cuyos países de origen son considerados inseguros debido a desastres naturales o a conflictos civiles.
Los detractores del gobierno apuntan que la magnitud del anuncio de Mayorkas animará a los venezolanos a tratar de entrar en Estados Unidos pensando que las advertencias sobre deportaciones rápidas se olvidarán y se realizará otra ampliación.
Los contrabandistas de personas se aprovecharán de la noticia, señaló Chad Wolf, secretario interino de Seguridad Nacional durante la presidencia de Donald Trump, cuyo gobierno trató de limitar y reducir notablemente el uso del TPS.
“Esto solo va a incentivar cada vez más, porque les estás dando un beneficio que quieren”, dijo.
Otros no están de acuerdo. En el exterior de una estación de autobuses de Ciudad de México, venezolanos que se dirigían a Estados Unidos, ninguno de los cuales sabía de las novedades acerca del TPS, contaron que los empujaban las condiciones en su país. Danny Romero, de 45 años, mostró una foto de su familia para explicar sus motivos.
“El que tiene 18 años quiere estudiar Medicina, pero ¿cómo hace su papá para pagar si no tiene la plata? No le puedo truncar ese sueño”, contó Romero, quien partió de Valencia, una ciudad del norte del país, el 2 de septiembre.
Viaja con un sobrino y unas pocas pertenencias en una mochila, mientras sus hijos y su madre esperan en Venezuela. El que quiere ser médico trabaja ahora como barbero y otro, de 14 años, vende dibujos a un dólar.
La crisis política, económica y social que ha azotado a la nación en la última década sumió a millones de venezolanos en la pobreza. Maestros, profesores y otros empleados públicos dependen de otros trabajos temporales o de las remesas de los familiares en el extranjero para llegar a final de mes.
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