Alberto Fernández y Boris Johnson protagonizarán mañana un encuentro histórico para dialogar sobre la relación bilateral entre Argentina y el Reino Unido, que mantienen irreconciliables diferencias sobre la soberanía de las Islas Malvinas.
“La reunión será de 15 minutos y durante las deliberaciones del G7″, confirmó la portavoz presidencial Gabriela Cerruti a Infobae.
Hace unos días, el canciller Santiago Cafiero viajó a la sede las Naciones Unidas en New York para ratificar los reclamos de la Argentina frente al Reino Unido, que se niega a negociar la devolución de los territorios usurpados en el Atlántico Sur.
Y antes de ello, durante la Cumbre de las Américas, Alberto Fernández también ratificó su vocación de recuperar las Islas Malvinas a través de estrictos canales diplomáticos. En ese oportunidad, frente a un mapa de la región que obvió colocar las Islas frente a las costas argentinas, el presidente volvió a exigir una mesa de diálogo con Londres para encontrar una solución pacífica a un diferendo que lleva casi dos siglos.
Además del reclamo sobre la soberanía nacional en las Islas Malvinas, Alberto Fernández describirá a Johnson su agenda vinculada a la proyección de América Latina y la guerra ilegal que Rusia libra contra Ucrania.
El premier británico considera que Putin es responsable del conflicto, que la Unión Europea debe sostener con mas armamento al gobierno de Ucrania que lidera Volodimir Zelensky y que se deberían profundizar las sanciones económicas y financieras contra el Kremlin.
El presidente argentino, en cambio, considera que las sanciones económicas solo sirven para perjudicar a las sociedades en guerra, cuestiona que la OTAN entregue más armamentos a Kiev y cree que el conflicto no tiene como único responsable a Putin.
En este contexto, además del debate sobre las causas y consecuencias de la guerra, Alberto Fernández planteará que América Latina está en condiciones de preservar la seguridad alimentaria en medio del caos global y que Argentina tiene suficientes reservas de gas shale -en Vaca Muerta- que podría reemplazar la oferta que estaba en poder de Rusia.
Johnson no tiene mucho margen para profundizar los niveles de inversión en la Argentina. Los reclamos por la soberanía en Malvinas funcionan como un obstáculo institucional al momento de acceder a fondos públicos del Reino Unido, y en Londres también hay cierta desconfianza sobre la solidez de la seguridad jurídica del país.
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