Pedro Benítez (ALN).- En el país del altiplano suramericano las cosas se van acomodando al natural pluralismo político. Los grandes derrotados en las elecciones regionales y locales del pasado domingo han sido el expresidente Evo Morales y el presidente Luis Arce. La ganadora es Bolivia que a punta de votos y democracia va recuperando la estabilidad política.
Pedro Benítez-ALnavío
En Bolivia el proceso democrático empieza a hacer su magia. En las elecciones regionales y municipales del pasado domingo el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), del expresidente Evo Morales, fue derrotado por los candidatos opositores en ocho de las 10 principales ciudades bolivianas y sus adversarios ganaron cuatro de los nueve departamentos. De estas últimas, cinco irán a una segunda vuelta electoral.
Aunque estas elecciones ratificaron al MAS como la principal fuerza política, sin embargo, quedó bastante bien reflejado el natural pluralismo político del país, lejos de la hegemonía de cualquier grupo. El desenlace en varias disputas ha sido una derrota personal para Evo Morales, quien se involucró intensamente en la campaña tratando de imponer a sus acólitos. Parece que ha quedado atrás la época en que su liderazgo era indiscutible.
Por otra parte, estos resultados no pueden interpretarse como un voto castigo contra el presidente Luis Arce, cuya gestión comenzó en noviembre. No obstante, él también se ha llevado un innecesario varapalo.
Los opositores al MAS controlarán las alcaldías de La Paz (sede del gobierno nacional), El Alto, Cochabamba, Santa Cruz, Oruro, Potosí, Tarija y Trinidad, donde se concentra casi el 70% de los 11,6 millones de habitantes de Bolivia. El MAS logró retener Sucre y Cobija.
Hay resultados para todos los gustos y ningún grupo político por sí solo barrió a los demás. Desde la tradicional oposición santacruceña hasta disidentes del masismo.
En La Paz se impuso Iván Arias, exministro del gobierno transitorio de Jeanine Áñez. En la capital del departamento de Cochabamba, uno de los bastiones históricos de Evo Morales (allí se encuentra la zona cocalera del Chapare, su feudo sindical y político), ganó el cuatro veces alcalde de esa ciudad, el excapitán del Ejército Manfred Reyes Villa, un tenaz adversario del expresidente.
El controversial excandidato presidencial Luis Fernando Camacho, líder de las protestas de 2019, venció en la disputa para gobernador de Santa Cruz en el oriente boliviano. Todavía está por dilucidar quién se llevará la ciudad capital de ese departamento, que se disputan los opositores Gary Áñez y Jhonny Fernández.
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