La ONG Amnistía internacional (AI) alzó la voz por los adultos mayores que conviven en los anciantatos españoles al asegurar que sus derechos están siendo vulnerados durante la pandemia de COVID-19.
Según su investigación, los pacientes no se están derivando a hospitales, no se garantizan las visitas de familiares ni se ha reforzado el personal que atiende a los residentes.
En el informe «Abandonadas a su suerte: La desprotección y discriminación de las personas mayores en residencias durante la pandemia covid-19 en España», AI analiza la situación de las residencias de Madrid y Cataluña (noreste español), dos de las regiones más pobladas y de mayor concentración urbana del país.
Este ha sido un asunto muy polémico en España, ya que las residencias de ancianos fueron uno de los focos más importantes de infección y muerte por coronavirus la primavera pasada, sin que muchos enfermos recibieran la asistencia suficiente.
Hasta el momento, 1.665.775 personas se contagiaron de covid-19 en España y 45.784 murieron, según los datos oficiales.
AI lamenta que las medidas adoptadas por las autoridades para responder a la pandemia en estos centros sociosanitarios han sido «insuficientes e inadecuadas» y han vulnerado «al menos cinco derechos humanos» de los ancianos residentes.
Según el director de AI en España, Esteban Beltrán, las decisiones de las autoridades respecto a las residencias han impactado en el derecho a la salud, la vida, la no discriminación de las personas mayores, la vida privada y familiar y el derecho a tener una muerte digna.
El informe critica la decisión de no derivar a las personas mayores a los hospitales, una práctica que se aplicó «de forma automatizada y en bloque».
Durante la primera ola, recuerda AI, el virus se transmitió con mucha rapidez en las residencias porque el personal cuidador no contaba con la protección necesaria, lo que causó la baja de un gran número de trabajadores.
«Pese a que durante estos meses se han mejorado determinados aspectos, algunas de estas preocupaciones siguen vigentes», advierte el informe.
En concreto, siguen sin estar garantizadas las visitas de familiares, se evita el traslado de los ancianos a los hospitales y no se ha reforzado el personal profesional suficientemente.
Sin embargo, AI cree que la situación de muchos ancianos fue más humana precisamente gracias al esfuerzo y a la dedicación del personal sanitario y de las residencias, pese a la falta de respuesta de las autoridades y la escasez de recursos.
Así, en la segunda ola de la pandemia, AI pide medidas urgentes para garantizar que se respeten los derechos humanos y que las decisiones médicas sobre estas personas se basen en evaluaciones individualizadas, no criterios generales.
EFE
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