Uno de los sueldos más altos en dólares de todo el cuerpo de embajadores de Colombia en el exterior, tenía el ex senador Armando Benedetti, mientras ejerció, por casi nueve meses, como embajador extraordinario y plenipotenciario en la República Bolivariana de Venezuela.
Esta semana, Benedetti desató una tormenta política en la Casa de Nariño por cuenta de unos audios en los que, de forma grosera, no solo recrimina a la entonces jefa de gabinete de Petro, Laura Sarabia. por no darle ministerios y cuotas burocráticas, sino que además sembró dudas sobre una posible financiación ilegal de la campaña que llevó a la izquierda al poder por primera vez en la historia.
Esto, sin hablar de la pérdida económica, pues según las normas colombianas, vigentes desde 2004 hasta la fecha, el salario del embajador colombiano en el país vecino es de US$ 8 mil dólares americanos, es decir, alrededor de $ 34 millones de pesos colombianos.
Esta remuneración es incluso superior a la que tiene actualmente la vicepresidenta Francia Márquez, quien tras el aumento decretado por el gobierno, quedó con un salario de $.
El embajador de Colombia en ese país devenga US$ 10 mil dólares americanos (más de $42 millones de pesos). Igual monto reciben los embajadores ante la ONU en Nueva York y la OEA, en Washington. (Vea aquí el decreto que reglamenta las asignaciones de los embajadores en el país).
El salario que hasta hace poco tuvo Benedetti, y que ahora ganará el nuevo embajador, Milton Rengifo, es muy superior al de los embajadores que menos ganan en dólares, que son los de Bolivia, Chile, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, Nicaragua y República Dominicana, quienes tienen una asignación de US$ 5.500 dólares (alrededor de $23 millones de pesos).
Pero además, de acuerdo a la ley, los embajadores tienen otro tipo de beneficios, por ejemplo, gastos de representación que llegan hasta los US$ 1.200 dólares al mes, unos 5 millones de pesos colombianos para los diplomáticos de mayor rango.
El patrimonio de Benedetti
El 22 de agosto del año pasado, poco antes de posesionarse, Armando Benedetti publicó, como es obligación entre los altos funcionarios, su declaración de renta y de conflicto de intereses. Sin embargo, no presentó la del año 2021 sino la del año 2020.
En ella, el ex congresista reportó un patrimonio líquido de $ 1.370’842,000 pesos, producto de un patrimonio bruto de $2.227’984.000 pesos, menos deudas por $ 857’142.000 pesos.
Sus ingresos, según declaró ese año, fueron de $435’738.000 pesos, todos por concepto de salario y reportó como patrimonio un bien inmueble ubicado en Bogotá por valor de $ 2.227 millones de pesos.
Según los documentos que hizo públicos, no registró ningún tipo de conflicto de interés para ejercer el cargo, ni familiares con contratos con el Estado.
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