Las autoridades de Rusia han confirmado este domingo en un nuevo balance la muerte de 32 personas a causa de la ingesta de alcohol de fabricación casera adulterado en la provincia de Oremburgo, situada en el suroeste del país euroasiático.
Las autoridades de Oremburgo han resaltado que un total de 64 personas se han visto afectadas por el consumo de este alcohol, “de las cuales 32 han muerto”, tal y como ha informado el Ministerio de Salud regional en un comunicado recogido por la agencia rusa de noticias Sputnik.
La titular de Salud de Oremburgo, Tatiana Sávinova, afirmó que “los médicos están haciendo lo posible por salvar vidas, pero la concentración del metanol en la sangre de muchos pacientes supera varias veces el máximo letal”.
El gobernador de la región, Denis Pasler, ha emitido un llamamiento urgente a la población para que no compre alcohol y ha agregado que hay una inspección a gran escala en las licorerías para retirar las bebidas consideradas como peligrosas.
“Hasta que los resultados hayan sido finalizados, beber alcohol puede ser mortal”, ha manifestado, tal y como ha informado la agencia alemana de noticias DPA. Las autoridades han indicado que más de mil botellas han sido incautadas.
Por otra parte, el Comité de Investigación ha anunciado la detención de tres personas en el marco de una investigación por un presunto delito de fabricación y distribución de productos nocivos. Uno de ellos, un hombre de 29 años de Orsk, es sospechoso de producir alcohol adulterado, dijeron los investigadores en un comunicado
Las lociones cosméticas y medicinales a base de plantas con entre el 70 y el 96 por ciento de alcohol en Rusia son para los adictos una alternativa barata al vodka y para los traficantes un negocio que permite ignorar los canales de venta y los impuestos establecidos en el sector de licores.
El consumo de licores y productos domésticos que contienen alcohol es bastante común en las regiones más pobres de Rusia y se le atribuye un gran número de muertes relacionadas con el alcohol. Los que consumen estos productos suelen ser los más desfavorecidos socialmente.
En diciembre de 2016, al menos 76 personas fallecieron en la provincia rusa de Irkutsk, en Siberia, por ingestión de ‘Boyárishnik’, un sucedáneo barato del vodka que contenía alcohol metílico en lugar de etanol. Tras esas muertes, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que la tragedia requería una “atención muy estrecha”.
Dmitri Medvédev, que era entonces primer ministro, ordenó al Gobierno que “resolviera” el problema de la venta de productos alcohólicos no destinados a la bebida a los alcohólicos empobrecidos.
(Con información de Europa Press y AFP)
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