Para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las cinco organizaciones delictivas con más poder en el mundo según el gobierno de los Estados Unidos, el lazo con el ELN el movimiento guerrillero acusado de producir y contrabandear droga a nivel internacional, resulta uno de los mejores negocios, pues este es un socio clave en Sudamérica, reseña una nota publicada en el El Universal de México.
Y dadas las relaciones estrechas entre el ELN y el régimen de Nicolás Maduro, la alianza entre los carteles colombianos y mexicanos salpica a Venezuela.
En agosto del año 2018, en una entrevista ofrecida al mencionado diario, el Director Antinarcóticos de la Policía Nacional de Colombia reveló que rebeldes del ELN cobraron dinero para garantizar la salida de cargamentos de cocaína desde Colombia hasta México, exactamente al puerto de Manzanillo. El Ejército de Liberación Nacional cobró 70 dólares por cada kilo de droga. La droga fue enviada en veleros, pesqueros y lanchas rápidas.
Como parte de las investigaciones de este hecho que relaciona las mafias colombianas y mexicanas, la Dirección informó que en octubre del año 2018 fue detenido el mexicano Bernabé Millán Rascón, alias Berna Y El Manco, miembro del CJNG y responsable de comprar droga a los cárteles del sur de Colombia para luego exportarlos a Estados Unidos. La captura se produjo en el Aeropuerto Internacional El Dorado, en Bogotá, cuando pretendía viajar a México en vuelo comercial.
La organización criminal envió la droga a través de veleros, pesqueros y lanchas rápidas y operó en tres departamentos colombianos en el litoral del pacífico: Chocó, en el noroccidente, y Nariño y Valle del Cauca, en el suroccidente.
Movimientos de Autoridades policiales y militares colombianas confirmaron que hay un incesante despliegue de narcotraficantes mexicanos en Colombia, Ecuador, Perú y Centroamérica para dirigir la producción, el transporte, la distribución y la comercialización de cocaína, en pequeñas misiones o tareas hormiga y en gigantescos operativos de toneladas.
Asimismo, el gobierno dirigido por el presidente Iván Duque advirtió en enero del 2017 un aumento súbito desde el 2014 de ingresos de narcotraficantes mexicanos a zonas no turísticas de Colombia para comprar cocaína.
La presencia de narcos del Cártel de Sinaloa y del CJNG fue detectada en áreas de producción de esa droga, como los sureños departamentos de Putumayo y Nariño, fronterizos con Ecuador, y Norte de Santander (noreste), limítrofe con Venezuela.
Las alarmas sobre la incursión acelerada de mafiosos mexicanos haciéndose pasar por turistas, empresarios, trabajadores o estudiantes, quedaron registradas en un memo de la Cancillería de Colombia y en una nota de la Fiscalía General de la Nación. Los cuerpos antidrogas y migratorios colombianos confirmaron que activan las alertas cada vez que una persona sospechosa oriunda de México ingresa a Colombia.
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