La policía judicial y la fiscalía de Estados Unidos han iniciado una investigación exhaustiva sobre cómo se preparó y ejecutó la insurrección que llevó al saqueo del Capitolio y la muerte de cinco personas, ante las pruebas cada vez más evidentes de que aquel asalto violento no fue espontáneo, sino que se preparó durante semanas, y en gran parte de forma abierta en foros de internet. Hay de momento 60 imputados, unos 20 de los cuales se enfrentan a cargos federales por el asalto violento al Capitolio, que dadas la pruebas que van amasando el ministerio público y el FBI fue mucho más grave de lo que pareció en un primer momento.
En varios foros de internet, al acceso de cualquiera, hay mensajes de las pasadas semanas llamando a los partidarios de Donald Trump a descender sobre Washington, la capital federal, el pasado 6 de enero para abortar la validación de la victoria de Joe Biden en las elecciones de noviembre. Según varios mensajes analizados y revelados por el grupo Site, especialista en extremismo en la red, el plan era tomar el Capitolio y esposar al vicepresidente y a los líderes demócratas. Por eso varios de los detenidos aparecen en imágenes tomadas el día del asalto con bridas o esposas de plástico. La masa, al asaltar el Senado, gritaba «ahorcad a Mike Pence», el nombre del vicepresidente.
Un detenido análisis de las imágenes de la toma del Capitolio revela que hubo comandos de hombres con chalecos antibalas, vestidos de camuflaje, cargando para forzar las puertas del edificio. Varios de ellos iban armados, aunque tenían las armas escondidas bajo la ropa, como manda la ley en la capital federal. Otros portaban palos de madera y de metal. En el forcejo murió un agente de policía, Brian D. Sicknick, tras ser golpeado en la cabeza con un extintor. Otro aparece en unas imágenes aplastado hasta que le sale sangre de la boca, y está en estado grave. Posteriormente, la policía encontró bombas improvisadas ante las sedes del Partido Demócrata y el Partido Republicano. Sicknick fue enterrado ayer, y el presidente finalmente aceptó que las banderas en la Casa Blanca ondeen a media asta en honor de ese agente asesinado.
Los agentes de policía arrestaron el 7 de enero a Cleveland Grover Meredith, que había viajado a Washington desde el estado de Georgia con dos armas y que dijo en un mensaje de texto que se disponía a asesinar a la líder demócrata Nancy Pelosi de un tiro. El despacho de Pelosi fue saqueado, y le sustrajeron un ordenador portátil, entre otras cosas. Ya ha sido detenido e imputado Richard Barnett, de 60 años y residente en Arkansas, que entró en el despacho, se sentó en una silla y puso los pies encima de la mesa, antes de llevarse unos sobres. También ha sido arrestado, en Florida, Adam Johnson, de 36 años, que se llevó el atril que usa Pelosi para dar sus conferencias de prensa en el mismo Capitolio.
Según Rita Katz, directora del grupo Site, la organización del asalto comenzó después de un mensaje del presidente Trump en Twitter el 19 de diciembre, en el que dijo: «Gran protesta en Washington el 6 de enero. Venid, va a ser brutal». Según Katz, «es asombroso que la policía no estuviera mejor preparada, dadas las claras y explícitas advertencias de los partidarios de Trump, que expresaron su intención de rodear y asaltar el Congreso y usar esposas y bridas, y sus planes claros en foros públicos y el reciente precedente de un complot para asaltar el Capitolio de Michigan».
Para leer la nota completa, pulsa aquí
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.