La líder depuesta y nobel de la paz birmana, Aung San Suu Kyi, volvió este jueves al tribunal donde está siendo juzgada tras haber sido puesta en cuarentena una semana debido a que una persona cercana contrajo covid-19 en el lugar donde cumple arresto domiciliario en Birmania (Myanmar).
Fuentes de la defensa indicaron a Efe que Suu Kyi, que no se contagió, asistió hoy al tribunal especial establecido por la junta militar en la capital birmana donde se celebró una vista por la acusación de violación de la ley de secretos oficiales, delito castigado con hasta 14 años de cárcel.
La nobel de la paz, de 76 años, ha sido condenada a un total de seis años de prisión y aún tiene varias causas pendientes, lo que le obliga a ir al tribunal varias veces a la semana, entre los llamamientos de gran parte de la comunidad internacional para que sea liberada.
Desde que fue depuesta por un golpe militar en febrero de 2021, Suu Kyi se encuentra bajo arresto domiciliario en un lugar secreto sin apenas contacto con el exterior, excepto los breves encuentros con sus abogados en los juicios.
A principios del pasado diciembre, Suu Kyi fue condenada a cuatro años de cárcel, rebajados a dos al recibir un perdón de la junta militar, por vulnerar las leyes implementadas contra la pandemia e incitación contra la junta militar.
La derrocada líder también fue sentenciada el 10 de enero a cuatro años de cárcel por saltarse durante un acto electoral las medidas contra la propagación de la covid-19 y por la importación ilegal de dispositivos de telecomunicaciones.
La exconsejera de Estado se enfrenta también a varios supuestos casos de corrupción, penados con hasta 15 años de cárcel por delito.
Suu Kyi ha expresado su inocencia a través de sus abogados y numerosos países como Estados Unidos, Japón, Malasia, Canadá, Alemania, así como la Unión Europea y la ONU, han pedido su liberación.
El golpe de Estado ha sumido a Birmania en una profunda crisis política, social y económica, y abrió una espiral de violencia con nuevas milicias civiles que han exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas.
El Ejército justifica el golpe por un presunto fraude durante las elecciones generales de noviembre de 2020, cuyo resultado ha sido anulado y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales. EFE
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