Australia se muestra implacable en su lucha contra la pandemia y no duda en implementar férreas medidas de confinamiento sobre millones de personas, a pesar de que surjan tan solo un puñado de infectados de la covid-19.
La ciudad de Sídney, donde vive más del 20% de los 25 millones de habitantes del país, permanece bajo un escrito confinamiento decretado hace una semana y vigente hasta el 9 de julio a raíz de la detección a mediados del pasado mes de un brote vinculado a la variante delta del virus en el cosmopolita barrio de Bondi.
Las autoridades sanitarias de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, anunciaron este sábado 35 nuevos casos en la ciudad, con lo que el total del brote asciende a alrededor de 250 infectados, sin que se haya contabilizado de momento fallecidos.
CONFINAMIENTOS BREVES Y CONCISOS
La dura respuesta de las autoridades australianas, que vinculan todos los rebrotes a la importación por parte de los viajeros procedentes del exterior, se debe a la política de «cero contagios» locales que persiguen para eliminar el virus del país a través de confinamientos breves y concisos, y un efectivo rastreo de casos.
Gladys Berejiklian, gobernadora de Nueva Gales del Sur, aseguró hoy ante la prensa que el confinamiento sobre Sídney está logrando el «efecto deseado» para frenar el rebrote vinculado a la variante delta de la covid-19.
«Como preveíamos, el número de casos aumenta. Pero la mayoría de ellos se da entre las personas en aislamiento, que es exactamente lo que buscábamos», señaló Berejiklian.
La gobernadora, quien se mostró optimista ante el desarrollo de la situación, indicó que de momento todos los nuevos contagios han podido ser vinculados a algún foco previamente detectado y pidió a la gente continuar con el esfuerzo para levantar «lo antes posible» la estricta medida.
«Los próximo días serán claves. Hasta hoy estoy aliviada de que no haya habido un gran número de aumento en los casos (…) pero no quiero que todo nuestro buen trabajo sea arruinado porque hoy o mañana hace buen tiempo y la gente decide no seguir las normas», remarcó la responsable regional de Nueva Gales del Sur.
FIN DEL CONFINAMIENTO EN OTROS TERRITORIOS
Las ciudades de Darwin y Alice Spring, en el Territorio Norte, o Perth, en Australia Occidental, salieron este sábado de un breve confinamiento de entre tres y cinco días, al detectarse un puñado de casos de la covid-19, algunos vinculados al brote de Sídney.
Mientras que la jefa del gobierno regional de Queensland, Annastacia Palaszczuk, anunció hoy que a partir de esta noche finaliza la medida excepcional decretada el pasado fin de semana sobre Brisbane, con 2,28 millones de habitantes, tras extenderla la víspera por 24 horas.
Palaszczuk indicó que la decisión fue adoptada tras detectar solo 5 nuevos contagios durante el último día, aunque alertó de múltiples potenciales lugares de exposición en poblaciones de la Sunshine Coast a raíz de la visita de un infectado.
«Prefiero poner a más personas en aislamiento antes que pedir la cuarentena sobre toda la población de Brisbane. Aunque si no hubiéramos cerrado por estos tres días, sospecho que el número de casos sería mucho mayor», dijo, por su parte, Jeannette Young, directora de salud en Queensland.
LIMITE EN LAS LLEGADAS
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, anunció la víspera que reducirán a la mitad el número de llegadas internacionales con el objetivo de disminuir la presión sobre los centros de cuarentena obligatoria durante dos semanas al entrar al país oceánico.
Desde el 14 de julio hasta al menos el 31 de agosto, Australia permitirá la entrada semanal a un máximo de 3.000 personas, principalmente con fines de repatriación.
Esta medida fue una de las solicitudes planteadas por diferentes gobiernos regionales para lidiar con los nuevos rebrotes que, según los expertos, llegan desde el extranjero, aunque también cuenta con la oposición del algunos gobernadores.
«El hecho de que cada semana recibas a menos australianos de regreso no significa que no se vayan a producir brotes o errores (…) estoy decepcionada de que otros líderes regionales no consideren oportuno mantener el ritmo de llegadas», criticó Berejiklian.
Australia, que cerró sus fronteras en marzo de 2020 y no piensa reabrirlas hasta mediados de 2022, acumula casi 30.700 infecciones de covid-19, incluidos 910 muertos, y ha vacunado con la primera dosis a un 30 por ciento de su población, mientras que solo un 6 por ciento tiene la pauta completa. EFE
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