La esclerosis múltiple es una enfermedad degenerativa y crónica que afecta al cerebro y al sistema nervioso central. El trastorno también se conoce como “la enfermedad de las mil caras”, porque las personas que la padecen presentan síntomas variables dependiendo de la localización, extensión y gravedad de cada caso. A día de hoy, la esclerosis múltiple no tiene cura, pero avances científicos recientes han dado esperanza a las más de 1,8 millones de personas que sufren esta enfermedad a nivel mundial.
Un estudio publicado en la revista científica Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry ha demostrado que las células madre que se extraen de la médula ósea o de la sangre de una persona podrían frenar de forma segura la progresión de la esclerosis múltiple recurrente-remitente, el tipo más frecuente de la enfermedad que provoca ataques o brotes que aparecen de vez en cuando. Se estima que la esclerosis múltiple recurrente-remitente ocurre en cerca del 80% de los pacientes.
El método utilizado por los investigadores de la Universidad de Uppsala de Suecia es el llamado trasplante autólogo de células madre hematopoyéticas (TCMHa), una técnica que también se usa en el tratamiento de diferentes tipos de cáncer en la sangre como, por ejemplo, la leucemia, pero que aún no se utiliza fuera de ensayos clínicos para tratar la esclerosis múltiple.
El tratamiento mejora la calidad de vida para más de la mitad de los pacientes
El objetivo del estudio fue determinar la eficacia y seguridad de este método cuando se implementa en el cuidado rutinario de las personas que sufren este trastorno. La principal conclusión de los científicos suecos ha sido que el uso de este tratamiento en los pacientes con esclerosis múltiple recurrente-remitente ha mejorado significativamente su calidad de vida. El estudio observacional se centró en el análisis de 231 individuos que padecen la enfermedad, de los cuales 174 habían recibido este tratamiento antes de 2020.
Al comparar los datos de los registros suecos de los pacientes, los científicos descubrieron que un 54% de las personas que tenían discapacidad como consecuencia del trastorno mejoraron sus síntomas, mientras un 37% de los pacientes permanecieron estables. Además, concluyeron que un 73% de los pacientes no presentaron síntomas cinco años después de haber recibido el tratamiento y que dos de cada tres seguían sin notar la enfermedad después de 10 años. Sin embargo, al tratarse de un estudio observacional, los propios investigadores han reconocido que no se pueden extraer conclusiones definitivas.
Tres de cada cuatro pacientes con esclerosis múltiple son mujeres
Según cifras de 2020 de Esclerosis Múltiple España, entidad perteneciente a la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica, se estima que hay más de 55.000 españoles que padecen esta enfermedad, con una prevalencia de 120 casos por cada 100.000 habitantes y una incidencia de cuatro por cada 100.000 habitantes.
La enfermedad, que suele diagnosticarse en pacientes que tienen entre 20 y 40 años, afecta más a las mujeres que a los hombres, ya que tres de cada cuatro personas que sufren esclerosis múltiple son mujeres.
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