El Gobierno alemán lamentó el intento de toma del Reichstag (Parlamento) por parte de unos 200 ultraderechistas el pasado sabado.
En una rueda de prensa, el portavoz del Ejecutivo, Steffen Seibert, afirmó que lo ocurrido es un ejemplo de «cómo desde dentro de una manifestación, algunos hicieron un uso indebido de la libertad y el derecho a manifestarse».
«El resultado fueron unas imágenes vergonzosas que no se pueden tolerar, en que los antidemócratas trataron de tomar las escalinata de nuestro parlamento democrático», agregó.
Insistió en que esos 200 radicales no representan a los 83 millones de ciudadanos del país, cuya gran mayoría respalda las medidas frente a la pandemia.
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Reiteró que el derecho a la manifestación es, también en tiempos de pandemia, un «bien preciado» y señaló que siempre debe existir la posibilidad de «debatir y discutir», con objetividad y respeto.
Seibert dio expresamente las gracias en nombre del Gobierno y de la canciller, Angela Merkel, a los tres policías que defendieron en solitario las escaleras del Reichstag hasta la llegada de refuerzo por su «capacidad de reacción» y «valentía».
También agradeció al resto de agentes «que trataron de garantizar un transcurso de la manifestación de acuerdo a las normas», así como a la «inmensa mayoría de los 83 millones de personas» en Alemania que se comportan «de manera responsable, prudente y considerada» y respetan las reglas en estos tiempos de pandemia.
También el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, agradeció a las fuerzas de seguridad su labor durante las manifestaciones al recibir este lunes a varios agentes en el Palacio Bellevue, sede de la Presidencia, entre ellos los tres que defendieron el edificio.
Lo ocurrido el sábado demuestra una vez más que la ultraderecha está «profundamente arraigada» en la sociedad alemana y representa una «seria amenaza», admitió.
Al mismo tiempo recordó a la ciudadanía que «la defensa de la democracia no es sólo tarea de la policía» sino obligación también «de toda la sociedad y de cada individuo», de forma «activa, decidida y valiente».
Ver banderas del Reich en las escaleras del Parlamento, «corazón» de la democracia alemana, no es sólo «detestable», sino «directamente insoportable», agregó.
Al mismo tiempo exigió a los manifestantes que se desmarquen claramente de los ultraderechistas, porque el que marcha «con indiferencia» junto a neonazis, xenófobos y antisemitas «se pone a su mismo nivel», advirtió.
Tanto la policía como las autoridades regionales trataron de impedir la movilización para protestar contra las restricciones por la pandemia, pero finalmente fue autorizada por la Audiencia Territorial Administrativa de Berlín, aunque bajo condiciones como respetar la norma de distanciamiento o el uso de mascarilla.
EFE
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