El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió este viernes investigar los golpes de la Policía israelí contra los asistentes al funeral de la periodista palestina Shireen Abu Akleh, asesinada el miércoles de un disparo en la cabeza mientras cubría una redada del Ejército de Israel.
EFE
«No tengo todos los detalles, pero sé que tiene que investigarse», dijo el mandatario a la prensa en un acto en la Casa Blanca, al ser preguntado sobre la actuación policial en las exequias de la veterana periodista de Al Yazira.
Previamente, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, había calificado en su rueda de prensa diaria de «perturbadoras» las imágenes del funeral.
«Lamentamos la intrusión de lo que debería haber sido una procesión pacífica. Hemos pedido respeto para el cortejo fúnebre y la familia», expresó Psaki.
El funeral se celebró este viernes en Jerusalén este con miles de asistentes y un fuerte dispositivo de seguridad israelí, que cargó contra los palestinos por mostrar sus banderas, algo que las fuerzas de seguridad israelíes consideran una incitación a la violencia.
Los golpes de la Policía contra el grupo que salió del hospital cargando el féretro a hombros casi provocaron la caída del ataúd de la periodista.
Akleh, identificada como prensa y llevando chaleco y casco, murió de un disparo en la cara el pasado miércoles mientras cubría una redada del Ejército israelí en el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania ocupada, donde Israel ha intensificado sus operativos de «contraterrorismo» en las últimas semanas con cerca de cincuenta muertos.
La investigación inicial de las Fuerzas Armadas israelíes concluyó que «no es posible determinar inequívocamente el origen del disparo» que la mató.
Israel insiste en que para poder determinar qué ocurrió es necesario un «examen balístico profesional» de la bala que mató a la reportera, algo que está en manos de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), quien se encargó de realizar la autopsia y ha prometido una investigación «exhaustiva y transparente» sobre lo ocurrido.
La Liga Árabe y el movimiento islamista palestino Hamás, que gobierna en la Franja de Gaza, han responsabilizado directamente a Israel de su muerte, algo que también hicieron la cadena Al Yazira y testigos presenciales de los hechos.
Estados Unidos ofreció este viernes apoyo a las autoridades israelíes y palestinas para investigar la muerte de la periodista, que también tenía nacionalidad estadounidense.
«Nos hemos comprometido con ellos y les hemos ofrecido apoyo. Si necesitan nuestro apoyo específico, lo proporcionaremos», dijo Psaki.
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