El presidente estadounidense, Joe Biden, llega hoy al Reino Unido en su primer viaje internacional, donde se reunirá con sus socios del G7 para transmitirles que «EE.UU. ha vuelto» y preparar la reunión de Ginebra con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Poco antes de despegar desde la base de Andrews, a las afueras de Washington, Biden anunció que presentará en su gira europea una estrategia de vacunación global para poner fin a la pandemia de la covid-19.
Asimismo, indicó que el objetivo de su viaje a Europa es «fortalecer la alianza» y «dejar claro a Rusia y a China que «EE.UU. y Europa están juntos».
Biden llegará esta noche a Cornualles (el Reino Unido), donde mañana, jueves, se reunirá con el primer ministro británico, Boris Johnson, antes de participar, a partir del viernes, en la cumbre del G7, que durará tres días.
La recuperación de la pandemia, la lucha contra la crisis climática o la hegemonía de China son algunos de los temas que estarán en la agenda de la reunión del G7, que integra a los países más industrializados y del que forman parte EE.UU., Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá y Japón.
LOS CIBERATAQUES, TEMA CENTRAL
Pero si hay un asunto que preocupa a Biden y del que quiere hablar en el G7 es de los ciberataques lanzados desde Rusia, que han tenido como blanco reciente EE.UU..
En mayo, la principal red de oleoductos estadounidense, operada por la empresa Colonial, fue objetivo de un pirateo informático, que supuso una suspensión de sus actividades durante varios días, que fue seguido en junio de un ataque similar contra JBS, una de las mayores empresas de procesamiento de carne en el país.
En ambos casos las autoridades estadounidenses han acusado a ciberdelicuentes que actuaban desde territorio ruso, a diferencia del pirateo informático de diciembre pasado contra varias agencias del Gobierno y grandes compañías a través del programa SolarWinds, del que Washington sí responsabilizó al Gobierno de Moscú.
Ya lo adelantó el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, a comienzos de esta semana antes de que el presidente emprendiera el viaje: Biden quiere que la cumbre del G7 en Cornualles sea el comienzo de un «plan de acción» frente a los ciberataques.
EE.UU. ha pedido también que el tema esté sobre la mesa en la cumbre de la OTAN en Bruselas la próxima semana, a la que mandatario estadounidense asistirá, antes de abordar este asunto con Putin en Suiza.
Antes de partir hacia Bélgica el domingo, Biden aprovechará la ocasión para reunirse con la reina Isabel II de Inglaterra en el castillo de Windsor, en el primer cara a cara entre ambos.
UN VIAJE DE PRIMERAS VECES
Y es que este será el viaje de las primeras veces para Biden desde que llegó a la Presidencia de EE.UU. en enero, ya que tendrá la oportunidad de verse de manera presencial por primera vez con la mayoría de líderes con los que se va a reunir.
El único con el que volverá a coincidir por segunda vez en persona será el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, quien estuvo en la Casa Blanca a mediados de abril.
La siguiente parada del viaje de Biden será Bruselas, donde acudirá el 14 de junio a la cumbre de la OTAN para «reafirmar el compromiso de Estados Unidos» con esta.
Al día siguiente expresará su compromiso con los aliados europeos en una reunión entre EE.UU. y la Unión Europea (UE), que estará centrada en la seguridad del sistema global de salud, la estimulación de la recuperación económica y la lucha contra el cambio climático.
Para preparar la cita de la OTAN la próxima semana, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, se reunió con Biden el pasado día 7 en la Casa Blanca.
En declaraciones a los periodistas, Stoltenberg enumeró las que serán las prioridades a tratar en la cumbre: los ciberataques, Rusia y sus «acciones agresivas en contra de sus vecinos» y China, por «la coacción a sus vecinos».
En los márgenes de la reunión de la OTAN, Biden mantendrá un encuentro bilateral con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan; una reunión que se produce tras la compra por parte de Ankara de sistemas de defensas rusos, lo que ha irritado a Washington.
Tras el foro de la OTAN, el presidente estadounidense tomará parte el 15 de junio en la primera cumbre EE.UU.-UE desde 2014, donde se tocarán algunos asuntos espinosos, como los aranceles al aluminio y al acero heredados de la era Trump y la disputa por los subsidios a Airbus, en detrimento a Boeing.
La seguridad del 5G, las tecnologías emergentes y su regulación será otros de los puntos que se abordarán.
Más a allá de esos asuntos, el mensaje principal de Biden será, como el mismo describió en un editorial en el diario The Washington Post el fin de semana, que EE.UU. renueva su compromiso con los aliados y socios, y que quiere demostrar la capacidad de las democracias para afrontar los retos.
Todo ello después de cuatro años de liderazgo de Donald Trump (2017-2021), en los que el ahora expresidente alabó el brexit, no paró de criticar a la OTAN, a la que tachó de obsoleta, puso en duda el compromiso de EE.UU. con la defensa colectiva y reclamó de forma bronca a los aliados europeos que aumentaran su gasto en Defensa.
EFE
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