La ONU indicó este miércoles que Birmania (Myanmar) es el país del mundo que acumula este año más ataques al sistema sanitario, con un total de 158 que han dejado 11 muertos y 55 heridos desde el golpe de Estado militar del pasado 1 de febrero.
En un comunicado, el equipo de la ONU en el país precisó que la violencia ha sido dirigida contra 83 edificios sanitarios, 76 trabajadores sanitarios, 73 pacientes y 21 ambulancias, mientras que unos 31 inmuebles sanitarios están ocupados por las fuerzas de seguridad.
El organismo multilateral indicó que los datos han sido recogidos por el sistema de vigilancia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que no trata de «identificar a responsables o la culpabilidad», sino promover el respeto a un entorno seguro para los sanitarios y los pacientes.
Sin embargo, grupos activistas contra el golpe han documentado los ataques y la persecución de los sanitarios, así como de otros colectivos que se han sumado al movimiento de desobediencia civil, por parte de los uniformados birmanos.
En un vídeo captado de una cámara de seguridad en marzo se puede ver cómo unos policías de la junta militar patean y golpean brutalmente con la culata de sus fusiles a los sanitarios de una ambulancia.
El coordinador interino de Naciones Unidas en Birmania, Andrew Kirkwood, pidió que se respete la integridad del sistema sanitario y exigió la «libertad inmediata» de los sanitarios detenidos por ejercer «su derecho a la libertad de expresión o de reunión».
La ONU señaló que las autoridades han acusado a al menos 139 doctores de vulnerar el artículo 505 (b) del Código Penal, que castiga acciones que propaguen el miedo, la difusión de noticias falsas o que inciten a alguien directa o indirectamente a una ofensa criminal contra un empleado gubernamental.
Algunos de estos médicos, acusados de haber participado en el movimiento de desobediencia civil contra el golpe, están altamente especializados y su ausencia supone un gran impacto cualitativo y cuantitativo al sistema, según el comunicado.
El organismo señaló que los ataques al sistema sanitario amenazan los servicios esenciales de salud, así como a la campaña contra la covid-19, lo que entraña «efectos potenciales devastadores» para el país.
Algunas de las agencias de la ONU presentes en el país son la OMS, Unicef, Acnur, ONU Mujer, ONU Sida y la FAO, entre otras.
Según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos de Birmania (AAPP), al menos 769 personas han muerto por la represión de la junta militar y 3.677 están bajo arresto, al tiempo que se han emitido otras 1.438 órdenes de detención.
Los militares justifican el golpe de Estado por un supuesto fraude en las elecciones del pasado noviembre, en las que ganó con una enorme ventaja el partido de la líder depuesta Aung San Suu Kyi, como ya hizo en 2015, con el aval de los observadores internacionales. EFE
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